El Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín reúne a los especialistas implicados en el tratamiento de esta malformación congénita
El doctor Mark Schoemann dio a conocer la labor sanitaria y humanitaria que la organización Operation Smile desarrolla a nivel internacional
La coordinación y el abordaje multidisciplinar son claves para el tratamiento de la fisura labiopalatina -más conocida popularmente como "labio leporino"- una de las malformaciones congénitas más frecuentes. Por esa razón, profesionales de las diferentes especializadas implicadas se reúnen hoy en el Auditorio del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, adscrito a la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, en la I Jornada de Cirugía de la Fisura Labiopalatina.
Organizada por el Servicio de Cirugía Plástica y Reparadora del Hospital Universitario de Gran Canaria Dr. Negrín, participan profesionales de este servicio y de los servicios de Cirugía Pediátrica y Obstetricia del Hospital Universitario Materno-Infantil de Gran Canaria. El objetivo es realizar una puesta al día en el manejo y la cirugía de esta malformación, revisar los protocolos de actuación que se siguen actualmente en nuestro medio, optimizar el tratamiento que se está ofreciendo a estos pacientes y discutir los casos clínicos complejos.
La Jornada cuenta con la presencia del profesor norteamericano Dr. Mark Schoemann, que posee una amplia experiencia en este tipo de cirugías. Tras su formación en Estados Unidos como especialista en Cirugía Plástica Reparadora y Estética, y su especialización posterior en cirugía craneofacial infantil, colabora actualmente con la ONG Operation Smile. Durante un año, ha sido cirujano y director del centro especializado en fisuras labiopalatinas que dicha ONG posee en Guwahati, India. Además de compartir su experiencia clínica, dio a conocer la labor sanitaria y humanitaria que Operation Smile desarrolla a nivel internacional.
Malformación grave y compleja
La incidencia estimada de fisura labiopalatina es de 1 de cada 700-1.000 recién nacidos, con diferentes grados de severidad que pueden variar desde una pequeña hendidura en el labio hasta la completa separación del labio y el paladar creando una comunicación amplia entre la nariz y la boca.
Se trata de una malformación grave y compleja, con implicaciones más allá de lo meramente estético. Tiene graves repercusiones en la alimentación, la respiración, el habla, el oído, el crecimiento, etcétera. Por ello, el tratamiento se aborda desde un equipo de profesionales que debe estar coordinado y especializado.
