Macarroni alla puttanesca en el Salvatore de Campomanes

Macarroni alla puttanesca en el Salvatore de Campomanes

Por ignacio Sánchez-Vicente

 

Les comentaba, con acasión de una anterior crónica de mis yantares escrita sobre el 'ristorante' Salvatore, en la ovetense calle del Comandante Vallespín --s'sórdenes-- que visto el éxito de la comida me apuntaba repetir, pero en otra parte de Vetusta, en la calle de Campomanes, en los bajos de cuyo número 8 abre puertas otro Salvatore.

 

Aunque no había reservado previamente, no sólo obtuve mesa con prontitud --una corta espera quedó gratamente compensada por la amabilidad del personal del establecimiento y un cava italiano que no me disgustó nada, pero que nada-- sino que encontré saliendo de la cocina al propio Salvatore, con lo que tras las cortesías de rigor, sobre sus últimas creaciones, proyectos y otros andares de este dinámico chef italo asturiano --pa mí que esti ya no marcha de esta Asturias de la que se lo ve enamorado--, me apresuro a frenar sus instintos aconsejadores y le espeto que vengo con una idea preconcebida: quiero pasta putanesca.

 

El antojo se me vino a la cabeza esa misma mañana en la ducha. Hacía años que no tomaba el tal plato y, dado lo soso de la semana informativa que sólo hablaba de política y economía --es decir, economía política, volumen ?-- comencé a anticipar los sabores de las aceitunas negras finamente fileteadas, el sabor salobre de las anchoas, la explosión vegetal de la alcaparra, el perejil, el sal y la pasta. ¿Les dije que era viernes? ¿No? Pues, como Salvatore está casi enfrente de las oficinas de la ONCE en Oviedo, ya se sabe: los viernes toca pasta, molta pasta...

 

Tras negociar con Salvatore la intensidad del picante, me apresté a cepillar el lomo al plato entrante, con una deliciosa ensalada en la que las verduras más tiernas le hacían cama a un sabrosote jamón y unos marineros langostinos. La verdad es que tomé otro imaginativo entrante, pero como no quiero coger fama de fartón, dejaré que sean ustedes los que dejen suelta su imaginación cuando vayan, como les propongo muy seriamentre, a hacer una visita a Salvatore.

 

Y, después, la puttanesca. Intensa, suave y mordiente. No faltaba nada ni sobraba nada. Más cava y buena conversación. Objetivo cumplido.

 

Le comenté, ya a los postres --les recomiendo una copa de chocolate trufado con nata y canela que prepara la casa y que no tiene precio-- que la pena era que yo fuese muy perezoso para caminar, lo que me retrae a veces a la hora de elegir mesa y mantel, pero me dió una solución perfecta: desde finales de este mes de junlo Salvatore inaugura servicio de reparto a domicilio, con una flotilla de motos recién estrenadas y que de momento operará en un radio no superior a 3 kilómetros, en Oviedo, "porque no hay que abarcar más de lo que puedes, sino quieres que te desborde". Y es que jura que no se jugará su prestigio, y la cocina tiene que ser recién hecha y la distancia poca, para que se puedan saborar los platgos tal y como han sido elaborados. 

 

Les dejo una galería de platos para que se hagan una idea. ¿Que si me los comí todos? ¡Ah, pillines, pillines! Eso no se dice.


2 comentarios

  • # Julio Responder

    13/07/2011 10:02

    Como ha venido mi gran amigo Raul y Family de Guatemala desde esta ventana al mundo quiero aprovechar para invitarles a cenar un día de estos por supuesto en Salvatore y así puedan degustar los grandes manjares que nos ofrece el Cheffff..........

  • # Charly Responder

    13/07/2011 10:10

    Panda de Triperos me han dicho que los de la cuadrilla del Cordero a la Estaca se estan quedando todos ANOREXICOS, por falta de tiempo y ganas de comer, sinceramente hay solución, así que emplazo a toda la banda para setiembre a una movida en Salvatore.OK

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