Recientemente, investigadores del Museo de Granollers-Ciencias Naturales y del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) han estudiado los efectos del cambio global en las mariposas mediterráneas. El estudio, publicado el último número de Ecography y llevado a cabo en Cataluña, prevé bajadas serias en las poblaciones de la mayoría de las mariposas del territorio. Según los resultados, no todos los efectos negativos del cambio global afectan igual a cada comunidad de mariposas, pero en general, están poniendo en peligro la supervivencia y diversidad de estos insectos mediterráneos emblemáticos.
Así lo afirma el primer autor del artículo, el Dr. Constantí Stefanescu, investigador del Museo de Granollers-Ciencias Naturales e investigador asociado del CREAF. Según él "tanto los factores climáticos como los directamente relacionados con el ser humano tienen impacto sobre las comunidades de mariposas. Es, además, muy probable que en los próximos años, ambos factores actúen de forma sinérgica y provoquen un descenso de las poblaciones de mariposas mediterráneas mucho más rápido de lo esperado".
Más concretamente, el Dr. Stefanescu, junto con el Dr. Jofre Carnicer y el Dr. Josep Peñuelas, investigadores de la Unidad de Ecología Global del CREAF y del CSIC, han detectado que un aumento de la aridez, combinada con una mayor intensificación del uso del territorio por parte del ser humano, afectarán las poblaciones de especies comunes y generalistas que podemos encontrar en un amplio rango de altitudes, como podría ser la reina cebrada, Iphiclides podalirius.
Del mismo modo, en la montaña media, el ecosistema donde se ha detectado un mayor número de especies de mariposas, se vivirá un efecto sinérgico entre el aumento de las temperaturas y la pérdida de hábitats por abandonos de los pastos. Esta combinación hará disminuir las poblaciones de las mariposas más especializadas que sólo viven en estos ambientes como las doncellas, especies del género Melitaea.
Los datos para simular la evolución de todos estos grupos de mariposas se han obtenido gracias al monitoreo realizado por el Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS), entre los años 1994 y 2007. En total se han incluido en el estudio 169 especies de mariposas.
Además, se han introducido en los modelos de simulación los principales factores que afectan la distribución y diversidad de las mariposas de nuestro país: su clima idóneo, el lugar donde suelen vivir, los recursos o plantas nutricias que necesitan o la estructura del paisaje que prefieren. También se han tenido en cuenta factores ecológicos, como la especialización de la oruga a la hora de alimentarse, la especialización de la mariposa a su hábitat, y la movilidad de los adultos, diferenciando las mariposas que son muy sedentarias y viven en poblaciones cerradas de las que viven en poblaciones laxas y efectúan dispersiones y migraciones estacionales.
Indicadores del estado de salud de los ecosistemas
Las mariposas son indicadores biológicos muy útiles para conocer el estado de nuestros espacios naturales. Además, se ha visto que responden muy rápidamente a las alteraciones que sufre el medio ambiente por los efectos del cambio climático. De hecho, son más sensibles a la transformación de nuestros hábitats que otros grupos más conocidos, como pueden ser las aves. Así pues, para los científicos es muy útil estudiar los patrones y factores que afectan la diversidad de mariposas y la información que obtienen les permite obtener datos para predecir el futuro de la diversidad del resto de especies que viven en hábitats similares.
En este estudio, por ejemplo se ha observado la mayor diversidad de especies de mariposas en la montaña media. Este hecho, junto con la presencia de mariposas fuertemente especializadas en este ecosistema, pone de manifiesto la importancia de las cadenas montañosas del Mediterráneo desde el punto de vista de conservación de la biodiversidad.
Foto: wikipedia