Madrid/UCM.-El curso “Nuevas tecnologías en cirugía cardiaca” es un foro de divulgación de las nuevas técnicas y métodos, introducidas en este campo de la Medicina, en el que participan destacados especialistas en la materia y que dirige Rafael Hernández Estefanía, cirujano y consultor de cirugía cardiaca en la Clínica Universitaria de Navarra. El curso pretende unificar criterios, dado el elevado grado de diversificación de estos servicios en las distintas comunidades autónomas. De todo ello nos habla en la siguiente entrevista:
Nuevos materiales y técnicas han llegado hasta vuestras manos. Básicamente, ¿en qué consisten?
Las técnicas están enfocadas, sobre todo, a hacer las mínimas incisiones posibles. Lo que se consigue ahora es lo mismo que se hacía antiguamente mediante grandes incisiones, con grandes tiempos de cirugía, de ocho, nueve y diez horas en el quirófano, con el perjuicio que eso supone para el paciente. Ahora se pueden emplear otras vías de abordaje, mediante pequeñas incisiones en la ingle, entrar en las arterias y navegando a través de las ellas, llegar al corazón e instalar una válvula que se despliega dentro, a través de un catéter, en vez de tener que abrir el corazón, pararlo y coserlo, como tradicionalmente se ha hecho, teniendo, por otro lado, como cirugía clásica, muy buenos resultados. Estas nuevas tecnologías, lo que te permiten es que el paciente ingrese, se le haga el procedimiento y se le envíe para casa con mucho menos tiempo en hospitalización. Lo curioso del caso es que estas nuevas tecnologías todavía no consiguen los resultados de la cirugía clásica que tiene cincuenta años de evolución y lo que antes resultaba difícil, hoy resulta más sencillo. Lo que tenemos que conseguir ahora es que estas nuevas tecnologías y abordajes, sean tan reproducibles, como los otros. Pero no están indicados para todos los casos, porque no obtienen los mismos resultados aún que la cirugía cardiaca. Estas nuevas técnicas permiten que tanto los cirujanos, como los cardiólogos especialistas en hemodinámica, puedan instalar estos dispositivos, sin necesidad de cirugía.
¿Cuáles son los criterios para elegir estas técnicas? ¿Se basan en conseguir la supervivencia del paciente o en la eficiencia económica?
Empezando por el punto final, el económico, se ha visto que en los últimos dos años, se ha producido una disminución de los procedimientos menos invasivos, porque son muy caros. Los nuevos dispositivos y válvulas que son menos lesivos, tienen por detrás un desarrollo enorme que es muy caro. Ahora no resulta posible aplicar estas técnicas debido a la crisis económica. Como estos procedimientos todavía no están suficientemente contrastados por su novedad, estarán indicados solamente para aquellos pacientes que no puedan ser operados a la manera clásica. Personas mayores que puedan obtener buenos resultados por el procedimiento de intervención clásica, pero que al padecer de enfermedades asociadas, sea desaconsejable su empleo. Con estos procedimientos podemos prolongar su vida hasta que fallezcan por otras causas.
¿Qué resultados se han obtenido con este tipo de pacientes y técnicas?
Tenemos ya resultados de estudios realizados a los dos años y son buenos. Son casi comparables a los de la cirugía clásica. Todavía nos faltan más años, para ver que los resultados obtenidos por esa válvula o esa prótesis implantada, tenga los resultados deseados. El porcentaje de supervivencia es similar. Es muy gratificante que al paciente que por los riesgos que tiene, antes no le podías operar, se le pueda ahora realizar otro tipo de procedimiento, en dolencias que antes eran intratables Es el caso, por poner un ejemplo, de la estenosis aórtica que suele producirse en personas de edad avanzada y que está produciéndose cada vez más al prolongarse la media de vida de las personas, que llegan fácilmente, a los noventa y noventa y cinco años, que no tienen ninguna patología y se valen por sí mismas y que tienen, todo el derecho a vivir.
A mí me gusta decir en clase que “hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Hemos conseguido un gran nivel de excelencia en cirugía cardiaca. Hace más de cincuenta años se realizó el primer transplante de corazón y hoy se hacen como churros. Aparte de la connotación sentimental que tiene se trata de una cirugía agresiva, en la que durante algunos minutos no tiene dentro nada y aquello funciona. Esto está más que establecido.
Resulta increíble los resultados que hemos conseguido, impensables hace unos años. Pero ahora estamos en una segunda fase. Hemos conseguido buenos resultados con la cirugía clásica, pero ahora, en esta segunda fase, pequeños catéteres, pequeñas incisiones, permiten hacerlo todo.
Un ejemplo, las válvulas mitrales pueden insertarse en el interior del cuerpo de una mujer, mediante una pequeña incisión en el pliegue de la mama, sin dejar huella. Es más, ahora también puede realizarse eso, a través del pezón con lo cual ni siquiera quedaría la pequeña incisión del caso anterior.
¿En qué nivel se encuentra la cirugía cardiaca española, en el contexto internacional?
Hoy en día, existe una globalidad total. No solo para saber donde están nuestros amigos a través de las redes sociales. Internet es un arma potentísima, pero también muy útil que nos permite estar en contacto constante con cualquier cirujano o centro que practique una intervención que nos pueda interesar, a la cual, incluso, podemos asistir.
La cirugía en España es de alto nivel. Los cirujanos están muy preparados y suelen salir al extranjero a formarse, en técnicas concretas, del mismo modo que los de fuera vienen también aquí. Esto nos permite estar actualizados en todo momento. Y que el nivel mundial de los países desarrollados sea similar.
¿Qué innovaciones se han introducido en las técnicas de transplante cardiaco desde su introducción en los años sesenta?
Ha salvado muchas vidas. Como dijo el Dr. Matesanz cuando estuvo aquí, en la conferencia inaugural, España está en la cabeza mundial por número de donaciones.
A partir de las modificaciones de las leyes de tráfico en 2003, se produjo un gran descenso en el número de personas jóvenes que fallecían a consecuencia de accidentes de tráfico. Y se redujeron las donaciones y con ello, las posibilidades de hacer más transplantes. Las nuevas tecnologías nos aportan lo que llamamos los corazones artificiales, pequeños dispositivos que se implantan en el cuerpo y que permiten sustituir las funciones del corazón que está deteriorado. Son dispositivos que han ido evolucionando. Son cada vez mejores y más pequeños y permiten que un paciente pueda hacer vida normal. Es inminente la entrada en uso de un nuevo corazón artificial completo que yo creo tiene muy buena pinta y va a revolucionar los próximos años.
Nos espera un futuro esperanzador con relación a la enfermedad cardiovascular.