Quito, 07 jul (Andes).- Alrededor de 15 millones de personas sufren anualmente de infarto cerebral a nivel mundial y aproximadamente 30 millones de personas sobrevivieron a una de estas lesiones, de estas, cerca de 15.000 vive con secuelas incapacitantes.
José Álvarez Sabín, neurólogo del Hospital General Universitari Vall d’Hebron Barcelona, explicó a la Agencia Andes que el infarto es una lesión que se produce cuando un coagulo impide que llegue sangre al cerebro.
“Al taponar una arteria e impedir la irrigación sanguínea al cerebro, la persona pierde fuerza, el habla o la visión. Si esta condición no es atendida en unas horas al final la zona el cerebro muere”, acotó.
El galeno señala que existen diversos factores de riesgo que aumentan las posibilidades de sufrir una lesión cerebral, entre estas destaca la hipertensión arterial, la diabetes, el colesterol alto, el consumo continúo de cigarrillo y alcohol y una vida sedentaria con poca actividad física.
Álvarez sostiene que estas condiciones son controlables, sin embargo, otros factores como la edad y la predisposición familiar son condiciones no controlables.
Para el médico el estrés es también un desencadenante para que aparezcan factores de riesgo, pues esta condición impide un control adecuado de la presión arterial. Además, genera una respuesta de inmunidad que hace que el cuerpo se defienda menos de cualquier amenaza externa.
El médico recalcó que es importante reconocer ciertas manifestaciones que indican que una persona está sufriendo un infarto. “Cuando una persona pierde la fuerza en un lado del cuerpo (cara, brazo y pierna), pierde la capacidad de hablar y entender, tiene pérdida brusca de visión o desequilibrios, son síntomas de alarma”, dijo.
Cuando estas alertas aparecen en una persona es necesario trasladarla con urgencia a un centro hospitalario. Esto permitirá que las lesiones sean pequeñas y reversibles, pues los pacientes atendidos oportunamente tienen mayor probabilidad de recuperarse.
Los trastornos cerebrales son la principal causa de discapacidad física en personas adultas y la principal causa de deterioro cognitivo. Estas lesiones privan al ser humano de las funciones del lenguaje, entendimiento y facultades mentales que permiten ser independientes y relacionarse con las demás personas.
El profesional explica el deterioro cognitivo se origina por dos causas; la perdida degenerativa de neuronas y el deterioro cognitivo vascular. Las personas que tienen problemas vasculares, desarrollan demencia con mayor facilidad por ello es necesario un control vascular temprano.
Este deterioro es prevenible y existen opciones para evitar que progrese. En esta área, el profesional indicó, que se investigan continuamente mecanismos para regenerar las neuronas con procesos de rehabilitación, estimulación e inclusive fármacos como la citicolina.