EQUO manifiesta su posición a favor de la autoridad del profesorado basada en el poder legítimo, el prestigio, la capacidad de gestionar su trabajo y el aula. Descartamos la autoridad dominadora que se consigue con la presunción de veracidad y la actuación inmediata basada en la celeridad, dos cuestiones básicas en la ley de autoridad del profesorado que ha sido aprobada por el parlamento asturiano.
Consideramos básico que el profesorado tenga autoridad en el ejercicio de sus funciones. El profesorado ejerce un papel modelador y es un referente dentro del aula; no se puede realizar una función educadora sin una convivencia positiva que incluye el trato respetuoso. Para ello, consideramos básico que exista un amplio apoyo y respeto social hacia la labor del personal docente, ya que su labor para conseguir una educación pública de calidad es mucho más importante que cualquier reforma legal.
Entendemos que el modelo de actuación de la autoridad educativa ha de ser participativo y educador; para resolver las pocas situaciones críticas que se producen, se necesita que el ámbito escolar se abra a otros sectores sociales, coordinando su colaboración en la gestión de conflictos concretos. La autoridad no se gana con una norma sino con la formación continua del profesorado y con el entrenamiento de habilidades sociales del profesorado hacia la minoría de jóvenes que pueda generar problemas.
“Los centros con servicios o grupos de mediación, convivencia, acompañamiento y resolución de conflictos tienen menos problemas, por lo que el primer paso sería dedicar recursos y profesorado técnico de servicios especialista en el trabajo con la comunidad educativa.” Afirma la coportavoz de EQUO Asturies, Pilar Calvo.
EQUO Asturies tampoco considera aceptable que se equipare la figura del personal docente de los centros concertados con el de los centros públicos. No podemos entender que pueda ser autoridad pública un trabajador de una empresa privada.
“Por supuesto que nos preocupan las agresiones o las amenazas que pueda sufrir el personal docente, aunque sean casos aislados, y es algo que tenemos que trabajar por cambiar y mejorar, pero para ello consideramos que es mucho más importante desarrollar el Decreto de derechos y deberes del alumnado, aprobado en BOPA 246 del año 2007, que EQUO considera una pieza clave para fundamentar la autoridad del profesorado. Además, si bien es importante mejorar la imagen social del profesorado y de la escuela pública, esto no se consigue con leyes que una vez más no ponen en el centro la cuestión de los recursos humanos priorizando un modelo de educación pública de calidad y no intereses partidistas .” Concluye Pilar Calvo.