Con el objetivo de recuperar la especie, se ha procedido a la liberación de varios galápagos europeos adultos y juveniles en una finca de Colmenar Viejo en la que se encuentran varias charcas adecuadas para su desarrollo en la naturaleza. Es una actuación conjunta de la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio, el grupo de Rehabilitación de Fauna Autóctona y su Hábitat (Grefa) y la Asociación Herpetológica Española.
El galápago europeo (emys orbiculares) está considerada como especie en peligro de extinción en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre de la Comunidad y desde 2007 está en marcha un proyecto de recuperación. GREFA cuenta con el Centro de Cría de Galápago Europeo, que alberga 27 individuos reproductores. A lo largo de las próximas semanas se liberarán más ejemplares que han sido incubados y han madurado en el Centro hasta completar 24 crías.
La suelta en la naturaleza de otro tipo de galápagos, como el de Florida, que solía ser un regalo, o de otras especies exóticas, supone un enorme peligro para la conservación de las especies autóctonas. La presencia de animales exóticos en la naturaleza supone un grave desequilibrio de la biodiversidad que causa graves perjuicios a la agricultura, la pesca y los usos forestales, además de ser un problema de salud pública y un gasto para la Administración para controlar su propagación y su impacto en el medio natural.
La finca en la que se liberaron los galápagos está incluida en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares y es una zona de charcas con abundantes especies de plantas acuáticas, como ranúnculos y calitriques, aguas limpias y abundancia de invertebrados, que aseguran el alimento de los ejemplares liberados. Se trata además de una zona poco frecuentada y que, en un futuro, puede convertirse en una conexión con la zona de población de galápagos que se encuentra en la cola del embalse de El Pardo.
La necesidad de este reptil de contar con aguas limpias, bien conservadas y con abundancia de vegetación hace que su presencia en un lugar concreto asegura que otras muchas especies vegetales y animales habiten allí y que, por tanto, se trata de una zona limpia.
Además de los 24 ejemplares que se consideran ya maduros para ser liberados en el medio ambiente, otros tantos nacidos en los últimos meses lo serán en la primavera de 2014. Uno de los ejemplares adultos liberados está equipado con un radiotransmisor, que aportará información sobre los movimientos de este grupo en su nuevo hábitat y las zonas que elija para pasar el verano e hibernar.