Entre el 1,9 y el 3,8% de la plantilla presenta niveles de mercurio en sangre algo superiores a los valores medios de la población general, por lo que el Principado aconseja que se extremen las medidas de protección de los trabajadores
La concentración media de mercurio total en sangre de los 306 trabajadores de AZSA sin riesgo de exposición es similar a la de la población general
Avilés.-El informe que ha elaborado la Consejería de Sanidad del Principado a propósito del accidente de trabajo por exposición a mercurio en la planta de Asturiana de Zinc (AZSA) en San Juan de Nieva concluye que no se puede considerar que exista una situación de riesgo incontrolado en el interior de la factoría y mucho menos en el entorno de la fábrica. Sin embargo, recomienda que se extremen las medidas de protección de los trabajadores puesto que presentan concentraciones de mercurio ligeramente superiores a las de la población general.
El director general de Salud Pública, Julio Bruno, ha presentado esta mañana en Avilés lo resultados de la investigación realizada por los servicios de epidemiología ambiental y laboral de la Consejería de Sanidad en los que se recomienda a la empresa que adopte un sistema adecuado y eficaz de prevención para proteger la salud de los trabajadores de la planta frente a los riesgos de exposición a metales pesados.
Salud Pública hace esta recomendación tras constatar que entre el 1,9 y el 3,8% de la plantilla, en función de las concentraciones de metal que se comparen, presenta niveles de mercurio en sangre ligeramente superiores a los valores medios de la población general, concretamente alrededor de un microgramo de mercurio más por litro de sangre. Sin embargo, no debe haber motivo para la preocupación porque el informe es concluyente al asegurar que “con los datos disponibles, no se puede decir que en Azsa exista una situación de riesgo incontrolado tendiendo en cuenta que se trata de una empresa del sector del metal que trabaja con mercurio”. Pese a esto, una adecuada y estricta planificación preventiva debe poder rebajar el nivel de mercurio de sus empleados, ya que “la concentración media de mercurio total en sangre de los 306 trabajadores de AZSA sin riesgo de exposición es similar a la de la población general”.
El informe deja patente asimismo que los trabajadores de la empresa IMSA sufrieron un grave accidente de trabajo por exposición a mercurio, desde el punto de vista de la intensidad de la intoxicación y del número de personas afectadas, que alcanzó el medio centenar. Sin embargo, desde el punto de vista médico, tras seis meses de seguimiento de estos trabajadores, “no se han detectado lesiones graves”.
Sanidad continuará no obstante con la vigilancia médica de los afectados a través de un dispositivo específico creado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) con el fin de garantizar la continuidad y la calidad de la asistencia sanitaria, así como la detección precoz de cualquier alteración que se pudiera producir como consecuencia de la contaminación.
Para hacer este estudio se tomaron muestras de presencia de mercurio en la población general, concretamente en un grupo de donantes de sangre que voluntariamente participaron en el estudio poblacional. El resultado confirma que la presencia de mercurio en sangre de la población asturiana es relativamente alta en comparación con los datos observados en otros países europeos no mediterráneos, “siendo el consumo de ciertas especies de pescado contaminado por mercurio la principal causa, aunque no la única, de dichas cifras”.
Las más elevadas cifras de concentración de mercurio en sangre de la población española en comparación con otros países europeos, sobre todo no mediterráneos, es algo conocido desde hace tiempo y relacionado con el alto consumo de ciertas especies de pescado de gran tamaño que puede aportar al organismo cantidades excesivas de mercurio, sobre todo para los grupos más vulnerables como pueden ser mujeres embarazadas y niños pequeños.
Salud Pública recuerda en este sentido que el pescado es un alimento que debe formar parte de nuestra dieta habitual por sus enormes beneficios nutricionales en todas las edades. Por eso se recomienda adecuar el consumo de pescado a las características particulares de cada persona y únicamente las mujeres embarazadas y los niños menores de tres años deben evitar el consumo de pescados de gran tamaño como el tiburón, el pez espada, el emperador o el bonito que son los que más mercurio acumulan.