La robótica es un campo en auge que despierta un creciente interés de la empresa. La investigación que se desarrolla en la Universidad de Oviedo en esta área es un ejemplo claro de transferencia de conocimiento e innovación. Decenas de científicos trabajan desde diferentes especialidades en el desarrollo de dispositivos que aumentan la eficiencia de procesos industriales, contribuyen a la sostenibilidad o buscan, en definitiva, mejorar la calidad de vida de las personas.
Desde un robot móvil capaz de cartografiar su propio recorrido hasta un dispositivo que mide la tensión ocular, un colector que genera energía termosolar o nuevas tecnologías que ayudan a la prevención de riesgos laborales. Son sólo algunos ejemplos que se desarrollan en la institución académica asturiana.
Todos ellos tienen como denominador común el desarrollo de proyectos en colaboración con empresas regionales, nacionales e internacionales. Equipos y grupos de la Escuela Politécnica de Ingeniería de Gijón y de la Escuela Politécnica de Mieres del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica, de Computadores y Sistemas de la Universidad de Oviedo desarrollan una investigación puntera en este sector en la que han encontrado el respaldo, a través de contratos, de empresas e instituciones.
La investigación aplicada que se desarrolla en la Universidad de Oviedo en el ámbito de la robótica tiene enfoques variados desde diferentes campos. La mecánica, la electrónica, la modelización matemática o la ingeniería de sistemas con algunas de las áreas en las que los investigadores desarrollan su labor para crear dispositivos al servicio de la industria y de las personas.
Robots entre humanos
El equipo de Sistemas Multisensor y Robótica de la Universidad de Oviedo SImUR trabaja para que los "robots salgan de las fábricas y convivan con la gente", como explica Juan Carlos Álvarez, profesor del área de Ingeniería de Sistemas y Automática. Esa robótica de servicios supone una "nueva frontera" en la que las máquinas interactúan con las personas al entender y ejecutar sus órdenes o detectar sus necesidades. Los ingenieros del SIMUR trabajan en varios proyectos que tratan de mejorar el interface entre el robot y el humano a través sensores y cámaras que monitorizan el movimiento de la persona. Perfeccionar esta tecnología permitiría avances muy sustanciales en campos como la prevención de riesgos laborales, un área en la que ya colaboran con distintas empresas del sector.
Una industria innovadora
El grupo de investigación de Electrónica para la Innovación Industrial GE-II trabaja en diferentes campos de la mano de empresas. Un robot móvil que cartografía su propio recorrido es uno de los proyectos en los que trabajan ahora mismo de la mano de una prestigiosa empresa. La aplicación de la robótica a la gran industria tiene diversos campos de aplicación en las que los ingenieros del GE-II avanzan con nuevos diseños y prototipos.
Los proyectos desarrollados por el Grupo de Electrónica para la Innovación Industrial, perteneciente al Área de Tecnología Electrónica de la Universidad de Oviedo, y formado por 7 investigadores doctores, han tenido resultados tan diversos como la biomedicina, con el diseño de un tonómetro para medir la tensión ocular, o el sector de la construcción al diseñar un robot industrial que permite elevar las pesadas estructuras de todo un tejado.
Cada pieza del puzzle
Los expertos en Ingeniería Mecánica se ocupan de diseñar cada una de las piezas que conforman el esqueleto del robot. El profesor José Manuel Sierra Velasco trabaja con su equipo de Diseño Mecánico y Fabricación en proyectos vinculados a la gran industria. El pasillo de aceleración variable instalado por Thyssen Krupp en Toronto es fruto de unos de sus proyectos de investigación, al igual que el colector cilindro parabólico para la generación de energía termosolar o la procesadora de biomasa que recoge los restos de la tala de árboles.
El reto de la precisión
El profesor Álvaro Noriega también se ocupa del área de Ingeniería Mecánica, pero su aproximación a la robótica se mueve en un campo más abstracto, el de la modelización matemática de la cinemática de los robots de cadena cerrada. Noriega calcula de manera exacta la velocidad a la que el robot ha de desempeñar una determinada tarea con absoluta precisión y los puntos de su estructura en los que han de colocarse los eslabones que le permitan describir el movimiento perfecto en el tiempo justo. Una labor milimétrica aplicada en campos como la biomedicina o la industria aeroespacial.
Una apuesta para los ingenieros del futuro
El máster universitario en Mecatrónica y Sistemas Mecatrónicos es uno de las titulaciones de postgrado con mayor a atractivo para los ingenieros recién graduados. Los altos porcentajes de inserción laboral son solo uno de los reclamos para los alumnos. Equipos formados por los alumnos del máster local y del máster Erasmus Mundus en Mecatrónica y Sistemas Mecatrónicos expusieron a finales de mayo sus trabajos de fin de curso en una de las asignaturas del programa.
Robots antropomórficos con sucesivos grados de libertad capaces de realizar una tarea de manera repetitiva e incluso obedecer un comando de voz. Pedro Arévalo, Daniel Pérez y Javier Antón Llamazares forman uno de los equipos que durante tres meses programaron el prototipo. La programación fue la parte más compleja del proyecto. Daniel Arbesú y Manuel García Barbón diseñaron además una App para el sistema operativo Android que lleva un paso más allá su robot. Un proyecto en el que el trabajo de laboratorio y de diseño necesita del trabajo en equipo con grupos en los que los especialistas en mecánica trabajan mano a mano con los de electrónica y viceversa.