Amalio Ferrer está a punto de recibir el Premio Nacional de Periodismo en un salón abarrotado de colegas, admiradores y las personalidades más destacadas. Ha cosechado un gran éxito gracias a un diario que había recibido de forma misteriosa meses antes en la redacción del periódico donde trabaja y que tras su lectura, decide publicar como suyo con el título Diario de un acoso. 

El éxito llega pronto y la sociedad valora su gran trabajo, la crítica ensalza su obra y los lectores han aguardado expectantes el momento de la siguiente entrega, porque plasmaba y trasmitía la angustia de la víctima, su miedo a hacer pública su situación, pero en realidad, Amalio ha mentido, la autora del manuscrito y los hechos que relatan pertenecen a la vida de una joven estudiante, Ángela, y su padre está en el salón.