Agentes de la Policía Nacional, en colaboración con la Policía Francesa, han detenido en Barcelona a dos autores de multitud de robos huidos desde Francia. Cometían los atracos en diferentes joyerías y sucursales bancarias de la localidad francesa de Lyon y se trasladaban a España para refugiarse y evitar ser arrestados. Con sus arrestos se ha desarticulado completamente la organización, compuesta por seis miembros. El grupo perpetraba los asaltos con armas de guerra como fusiles y subfusiles.
La investigación comenzó en Francia cuando se tuvo conocimiento de diversos robos que se habían cometido en Lyon. Algunas de estas actividades ilícitas de esta banda se remontan al 24 de septiembre de 2010 cuando asaltaron una oficina de cambio de moneda en la ciudad de Lyon. Accedieron a la entidad tras hacer uso de una amoladora y destrozar los cristales de la puerta. En su huida sustrajeron un vehículo y tomaron como rehén al conductor, al que dispararon, y posteriormente incendiaron dicho automóvil.
Identificado por ADN
El pasado 31 mayo efectuaron un atraco en un taller de joyería de la misma ciudad. Los asaltantes iban encapuchados y con armas de fuego, entre ellas un fusil ametrallador que no dudaron en utilizar para salir del establecimiento cuando el propietario del mismo los había encerrado en el vestíbulo. Los ladrones realizaron varias ráfagas contra los cristales hasta que lograron romperlos y escapar. Al intentar salir por el hueco que hicieron, uno de los ahora detenidos se hirió y de este modo pudo ser identificado.
Esta organización robaba en Francia y después se trasladaban a nuestro país para ocultarse y así eludir la acción de la justicia francesa. Por ello se llevó a cabo un operativo conjunto de las policías españolas y francesas motivado por una Orden Europea de Detención y Entrega de dictada por un juzgado de instrucción francés.
Los agentes del país vecino consiguieron detener a cuatro de los seis miembros de la organización en Francia. Los investigadores de la Policía Nacional averiguaron que los dos fugados se habían ocultado en un piso alquilado con documentación falsa, en un barrio de Barcelona donde residen numerosos inmigrantes, lo que les hacía pasar desapercibidos. Además, para dificultar su localización y detención, entre otras medidas de seguridad adoptadas, realizaban llamadas telefónicas desde locutorios, usaban diferentes tarjetas SIM de diversa compañías telefónicas francesas, controlaban las salidas y entradas al piso y portaban documentación personal falsificada.
En el momento de su detención les fueron intervenidas una pistola, 5 tarjetas de compañías telefónicas francesas, 7 teléfonos móviles, 2 microcámaras fotográficas y dos pasaportes franceses falsos