La aparición de un ejemplar de rata de agua (Arvicola sapidus) en las marismas de Txingudi, Bidasoa, significa para biólogos y responsables medioambientales una magnífica noticia: se trata de una evidencia de la mejora de la calidad del ecosistema y de la recuperación de la biodiversidad. "Ha sido el primer ejemplar hallado en Gipuzkoa desde que se realizó el último estudio en el año 2011, en el que se daba a esta especie por desaparecida. Vamos en el buen camino, la calidad de las aguas se recupera al igual que las distintas especies autóctonas, tanto de flora como de fauna" explica Amaia Barredo directora de Biodiversidad del Gobierno Vasco.
En el año 2011 la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos (SECEM) y el Gobierno Vasco, a través de su agencia Ihobe, realizaron dos estudios de muestro con el objetivo de recoger información general sobre la distribución de la rata de agua en la Comunidad Autónoma del País Vasco. En total se muestrearon más de 200 puntos, obteniendo resultado positivo sólo en 44.
En Gipuzkoa no se detectó la especie ni indicios de la misma en los 50 puntos sondeados, ni en la zona costera de Bizkaia, a pesar de existir citas históricas de la especie. "Ese trabajo señalaba la posibilidad de que subsistiesen pequeñas poblaciones de esta especie en humedales de la costa vasca que no fueron muestreados o no lo fueron intensamente" comenta Amaia Barredo.
Vulnerabilidad
"Por ello, el ejemplar de rata de agua hallado en una de las lagunas de agua dulce de Plaiaundi, en las marismas de Txingudi, cobra especial importancia ya que indica la continuidad de esas pequeñas poblaciones costeras y avala los diversos trabajos de restauración y conservación efectuados durante la última década en Txingudi por el Departamento de Medio Ambiente y Política Territorial del Gobierno Vasco" añade la directora de Biodiversidad.
La rata de agua es un roedor de hábitos semiacuáticos perteneciente a la subfamilia Arvicolinae, por lo que realmente se trata de un topillo y no de una rata propiamente dicha. Suele pesar entre 150-300 gramos y alcanza una longitud de 22-23 cm aproximadamente (sin incluir la cola, que puede llegar a medir 15 cm). De pelaje marronáceo en su parte dorsal y grisáceo en el vientre, la vida media de una rata de agua está en torno a los tres años, aunque frecuentemente muchos ejemplares mueren en el primer año de vida. Se alimenta exclusivamente de hierba fresca que encuentra a lo largo de todo el año en las zonas húmedas en las que habita. Miguel Delibes las describe perfectamente en sus libros dedicados a la caza y a las costumbres del campo ibérico a mediados del pasado siglo.
La rata de agua está catalogada como vulnerable tanto en el ámbito estatal (Libro Rojo de los Mamíferos Terrestres de España) como a nivel mundial (Libro Rojo de IUCN). Parece ser que los motivos de la desaparición progresiva de este roedor semiacuático son la alteración y destrucción de su hábitat, fundamentalmente zonas húmedas y riberas, así como la alteración del paisaje y el abandono de las prácticas agrarias tradicionales.