Gijón/B. SOLÍS/AM.-Los operarios del servicio de Obras Públicas del Ayuntamiento de Gijón trabajan a marchas forzadas para recuperar la mayor cantidad de arena seca posible en la Playa de San Lorenzo. Para ello se ha optado por una doble vía: trasladar el grano que se acumula en el centro de la bahía a las escaleras 13 y 14, y desviar el cauce del río Piles para que vuelva a su senda habitual en los últimos años. El consistorio no ha dado fechas de finalización de las obras, aunque se confía en que estén listas lo más pronto posible.
De las dos operaciones, la más delicada es la de reencauzar el Piles. Algo que se tiene que hacer sin dragarlo, porque excede la competencia municipal: correspondería a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Se trata de eliminar la arena que se ha acumulado río arriba para que el río vaya lo más pegado posible a su margen derecha (la que da al recinto ferial y al parque de los Hermanos Castro) de tal manera que, al llegar a la playa, se dirija al mar por la zona del “tostaderu”, y así deje libre más espacio en las escaleras situadas frente al barrio de La Arena.
La otra maniobra es más simple, aunque más aparatosa. Se trata de ir llevando, por medio de excavadoras y niveladoras, parte de la arena que se acumula en el centro de la playa a la zona del Piles. En ello se afanaban el jueves por la mañana los trabajadores del servicio de Obras Públicas del Ayuntamiento de Gijón, rodeados de un buen número de curiosos y de algunos jugadores del Sporting, que ultimaban la preparación del último partido de liga frente al Mirandés corriendo por San Lorenzo.
En lo que parece no haber acuerdo es en la causa del descenso de arena seca en las escaleras 13 y 14. Mientras que el ayuntamiento y los técnicos consideran que es debido a las intensas lluvias de este invierno, los ecologistas y algunos gijoneses se temen a que la culpa sea de las obras de ampliación de El Musel, que han modificado las corrientes que llegaban a la bahía gijonesa desde alta mar. Si los primeros tienen razón, estamos ante un hecho temporal sin trascendencia de cara al futuro: tras la época de lluvias intensas, el Piles recuperará su cauce natural y la playa volverá a recuperar su gran arenal. Si, por el contrario, las pérdidas se deben a un cambio en las corrientes, habrá que buscar soluciones más complejas –y que probablemente excedan la competencia municipal- para que San Lorenzo siga teniendo espacio donde poner las casetas, las sombrillas y las toallas en el verano.