Por Ignacio Arias Díaz.-La sestaferia es una figura de gran raigambre en Asturias muy utilizada históricamente para la reparación de caminos, fuentes, abrevaderos, lavaderos y similares, de cuya importancia da fe el Reglamento de Sexta-ferias para la construcción, reparo y conservación de los caminos y puentes de la provincia de Oviedo aprobado por la Diputación Provincial el 1 de enero de 1839.
En la actualidad la figura mantiene sus perfiles tradicionales y su vigor, con las variantes lógicas impuestas por el paso del tiempo. Incluso algunas entidades han llegado a positivizar su contenido regulando, junto a la prestación personal propiamente dicha, la prestación de transportes. Valga por todas la Ordenanza que se ocupa de ambos aspectos en la Parroquia Rural de Saliencia, aprobada en 1990.
La sestaferia se aplica a todas aquellas infraestructuras vecinales que resultan imprescindibles para la vida en el pueblo y que se localizan en sus términos, e incluye una serie de servicios puntuales que resultan igualmente importantes para la comunidad, aunque sean poco conocidos fuera de ella. Entre ellos se encuentran los senderos que dan acceso a los pastos y otros espacios productivos, “los caminos de yerba”, “les cueñes” o caminos tallados en la roca madre con muro de contención, “les garmes” o muros de piedra levantados en lugares peligrosos para evitar que el ganado se despeñe, o “las gabias” o “xancias” para desviar hacia los laterales del pueblo las crecidas de los ríos o regueros, entre otros.
Históricamente la denominación “feria” aplicada a los días de la semana tiene su origen en el calendario eclesiástico que el Papa San Silvestre estableció en el siglo IV, y que ya había propuesto San Martino, obispo de Dume, en su obra De correctione rusticorum. Con ello se pretendía cristianizar los nombres paganos que popularmente se daba a los días de la semana, que aludían a las deidades romanas: así, el lunes (Luna), martes (Marte), miércoles (Mercurio) o jueves (Júpiter) pasan a llamarse secunda feria, tertia feria, cuarta feria y quinta feria, respectivamente. El domingo (dies domini = Día del Señor) se transforma en la prima feria, a partir de la cual se enumeran los siguientes días de la semana, correspondiendo al viernes el nombre de sexta feria.
Tradicionalmente, el día elegido para realizar estos trabajos era precisamente el viernes, tal y como indica el propio nombre de sestaferia. Sin embargo, en los últimos años algunos pueblos han comenzado a celebrar la sestaferia los sábados o domingos, ya que muchos vecinos tienen empleos asalariados y no disponen de tiempo libre para participar en ella hasta el fin de semana.
Los trabajos que se desarrollan en la sestaferia, muchos de los cuales exigen la utilización de maquinaria y utensilios peligrosos, no están exentos de un cierto riesgo para la integridad de quienes participan en ella. En ese proceso continuo de acomodación a los tiempos, y teniendo en cuenta la importancia que ha adquirido el tema relativo a la prevención y seguridad en el trabajo, quizá no fuera ocioso reivindicar la conveniencia de concertar un seguro de accidentes para los participantes en la sestaferia, así como un asesoramiento técnico facilitado por el concejo al que pertenezca la colectividad que la desarrolla. Estas medidas, lejos de suponer un menoscabo de esta importantísima figura del derecho consuetudinario asturiano, contribuirían a reforzarla y a garantizar su pervivencia acomodada a los perfiles y exigencias de la sociedad actual.
Es indudable que cada pueblo, cada comunidad, ha mantenido su idiosincrasia a lo largo del tiempo y ello se ha reflejado en la riqueza de matices de la figura; riqueza que, sin embargo, no impide trazar un dibujo único de la institución que se pretende sea el modelo en el que se inspiren los distintos entes que integran la estructura territorial de Asturias para positivizar esta figura, al igual que ya lo hizo la Parroquia Rural de Saliencia.
Concepto y denominaciones.
La sestaferia es una prestación personal de carácter obligatorio para desarrollar trabajos comunales destinados a la apertura, construcción, reconstrucción, conservación, reparación, mantenimiento, arreglo, limpieza y mejora de caminos vecinales, fuentes, abrevaderos, lavaderos, puentes, suministro de agua, en su caso, y demás infraestructuras similares localizadas en el pueblo y en sus espacios productivos, de interés exclusivo para sus vecinos.
Dependiendo de las distintas zonas de Asturias, esta figura también se denomina adobeh.os, estaferia, estah.edia, estah.eria, facendera, peonadas, sastaferia, sastiferia, sastisferia, satisferia, sestaferia, sestah.eria, sustiferia o sustisferia.
Personas obligadas.
La obligatoriedad de acudir a la sestaferia alcanza a todos los vecinos, incluidos los presidentes de las parroquias rurales y los alcaldes de barrio o equivalentes, cuyas edades estén comprendidas entre el mínimo y el máximo establecido por la costumbre del lugar. En ausencia de ésta, los menores de dieciocho años y mayores de sesenta y cinco están excluidos de tal obligatoriedad.
Cada casa del pueblo está obligada a aportar para la sestaferia un obrero que debe llevar los utensilios necesarios, tales como pico, pala, hoz y similares
La costumbre del lugar puede exigir la aportación de la prestación de transportes, suplementaria o complementaria a la sestaferia propiamente dicha, fijando también la periodicidad de tal prestación. En ausencia de costumbre, cuando la prestación se realice con ganado mayor de tiro y carga, carros, tractores o vehículos mecánicos, la periodicidad no debe exceder para cada persona de cinco días al año, sin que pueda ser consecutivo ninguno de ellos.
El encargado de convocar la sestaferia debe llevar un registro del turno que se va siguiendo para la prestación de transportes.
FOTO primera:
Lavaderu en Caleao (Caso)