En la madrugada del día 16 se recibió una llamada en la Sala del 091 de Oviedo de una central de alarmas, en la que alertaba que había saltado el aviso de intrusión en una sucursal bancaria de la Corredoria.
Varios efectivos policiales se dirigieron rápidamente al lugar, y al llegar, los policías observaron que la puerta del cajero no presentaba daños, no obstante, la puerta que da acceso al interior de la entidad bancaria estaba rota.
También observaron que el dispensador de dinero y el habitáculo donde los particulares depositan el dinero, generalmente de establecimientos comerciales, habían sido violentados.
En una inspección más minuciosa localizaron a una mujer que estaba escondida bajo una mesa, y que ante la rapidez de la llegada de los policías no le había dado tiempo a huir.
Su cómplice, que se había cortado, ya que había abundantes manchas de sangre en la caja fuerte, en el suelo, en los cristales y en un hacha que apareció, había conseguido huir, pero se conoce su identidad por ser el compañero de la detenida.
Se intervino un hacha, unos calcetines que tenía puestos la detenida en las manos a modo de guantes, un pañuelo de cabeza con el que se ocultaba el rostro, varias bolsas para llevar el botín, así como diversas bolsas con el nombre de establecimientos comerciales donde depositan el dinero los comerciantes clientes de la entidad.
Los hechos quedaron grabados en el circuito cerrado de seguridad de que dispone la entidad.
Ambos autores tienen antecedentes por diversos delitos contra la propiedad.
La rápida actuación policial evitó que tuviera éxito el robo con fuerza en la entidad bancaria y que los autores se hicieran con el botín.