El sistema financiero español está sometido a un proceso de reestructuración que ha exigido recurrir al fondo de rescate establecido por la Unión Europea. Ciertamente, y teniendo en cuenta la diferente situación de unas entidades y otras, el impacto también es distinto y, por tanto, las medidas exigidas tienen diferencias tanto para los clientes como para los propios empleados de cajas y bancos, así como para la propia estructura del sistema financiero español.
El montante del “rescate” –llamémoslo así claramente- es de 100.000 millones de euros, del que se dispondrá de más de 40.000 millones de euros. Fueron los test de esfuerzo realizados en el sistema financiero español los que han determinado las necesidades de cada entidad, siendo así que las condiciones de reestructuración están determinadas por el recurso al dinero público de unas y otras entidades. Aquellas necesitadas de recursos públicos se ven obligadas a presentar un Plan de Reestructuración de acuerdo con el denominado “Memorándum por el Entendimiento”. Este proceso ha tenido sus episodios normativos, se ha establecido el Fondo de reestructuración Bancaria Ordenada (FROB), se ha creado el Sistema de Gestión de Activos Bancarios (SAREB) o “Banco Malo”, con la obligación de traspasar al mismo los activos fallidos en determinadas condiciones, se ha regulado -por decreto, eso sí- las condiciones para el canje de productos híbridos impuestos por el Memorándum (recuérdese, establecido entre el Gobierno de España, la UE, el FMI y el Banco Central Europeo).
En resumen, se ha regulado normativamente por parte del Gobierno de España (por decreto) todo el proceso de reestructuración del sistema financiero tal y como ha exigido la Troika. Esta es la situación de reestructuración financiera, exigidas las condiciones toda vez que se considera necesario contribuir al alivio del esfuerzo del contribuyente europeo con el saneamiento del sistema financiero español, tal y como dice en el Memorándum.
En este contexto, Cajastur, integrada inicialmente en una SIP con otras 2 cajas, tras la asunción de Caja Castilla-La Mancha por Cajastur (Cajastur-CCM, Caja Cantabria y Caja Extremadura) se transforma en Liberbank en los términos establecidos por las exigencias europeas y enmarcado en el grupo de entidades que necesitan recursos públicos, pero que no será intervenida o nacionalizada, tiene la obligación de presentar un plan de reestructuración a fin de ser aprobado por el Banco de España, por la Troika, (la UE, el FMI, el BCE).
Las condiciones son conocidas: ha sido autorizado a ofrecer, antes de su salida a bolsa, el canje voluntario a sus clientes de productos híbridos, en su caso la emisión de deuda subordinada realizada en 2009 y con vencimiento en 2019. Los clientes tenedores de deuda subordinada (Cajastur no comercializó preferentes) conocieron las condiciones del canje, que sería vinculante para la totalidad si hubiera obtenido el 90% de aceptación en la fase voluntaria. Fue suscrito por el 80,3%, lo que supuso un canje obligatorio en las condiciones establecidas por el FROB para el 12,7% que no lo aceptó voluntariamente, y que ha supuesto una quita del 10% (para Caja Cantabria, que comercializó preferentes, supuso una quita del 40%).
Ahora, el día 16 de mayo, Liberbank saldrá a bolsa valorada en 556 millones de euros y es pública la comunicación realizada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Sus acciones saldrán al mercado a 0,40 euros por título, 10 céntimos por encima del valor nominal de las nuevas acciones y en el valor inferior de la horquilla que había fijado como objetivo 40-50 céntimos por título.
Para Asturias es muy importante que Liberbank tenga éxito y que el resto del camino de reestructuración de nuestra caja, que se verá obligada (antes de fin de año se aprobará la norma que está elaborando el Gobierno de España) a transformarse en Fundación Bancaria, también pueda llevarse a cabo de manera pactada y segura. Hay mucho que negociar, hay intereses a preservar que son los de los clientes, impositores y los trabajadores de Cajastur, que tienen una negociación compleja que abordar, donde lógicamente tienen derechos que defender y la necesidad de garantizar un futuro laboral.
Son razones suficientes, de interés regional, y por el papel que se juega Cajastur en la economía asturiana, para que deseemos que tenga éxito la andadura de Liberbank, el banco de Cajastur. Otra cosa es el debate acerca de la desaparición en España de la Banca Social y si hay alternativa financiera al modelo diseñado tanto por las autoridades económicas españolas como por la Troika. Pero para eso Doctores tiene la Iglesia. Yo sólo tengo mi opinión.
*Portavoz del PSOE en la Junta General del Principado
FOTO: Armando Álvarez