SINC.-La mosca es uno de los animales voladores más ágiles de la naturaleza. Imitar su destreza en un robot a escala requiere soluciones no convencionales a problemas como la propulsión. Investigadores de la Universidad de Harvard han construido el primer robot de estas características, de 80 miligramos, el tamaño de un insecto, y alas que copian su vuelo.
Los insectos voladores puede llevar a cabo proezas aerodinámicas como evitar un manotazo o aterrizar en una flor agitada por el viento, habilidades que todavía no se entienden completamente.
Desarrollar un robot a escala con esta maniobrabilidad es un reto, ya que las tecnologías convencionales a escala macroscópica resultan inútiles. Por primera vez, un grupo de ingenieros ha logrado construir una máquina con estas características.
Para conseguirlo, los investigadores de la Universidad de Harvard, liderados por Kevin Ma, han optado por soluciones inspiradas en la biología de estos insectos, con alas que imitan su vuelo, tal y como se publica hoy en la revista Science.
El tamaño de los componentes necesarios para una mosca robótica oscila entre micrómetros y centímetros, demasiado grande para los sistemas microelectromecánicos y demasiado pequeño para los métodos tradicionales.
El funcionamiento del robot se inspira en la biología de estos insectos
Para llenar el vacío en esta escala intermedia, los investigadores han desarrollado una nueva metodología, las ‘microestructuras compuestas inteligentes’.
Además, como el vuelo de las moscas es energéticamente muy costoso, se han empleado materiales piezoeléctricos, capaces de generar electricidad al someterse a tensiones mecánicas.
Los dípteros –las moscas– fueron los insectos seleccionados como modelo por la relativa sencillez de su vuelo ya que, como su nombre indica, tan solo tienen dos alas.
Gracias a su escala y su habilidad para el vuelo estable, la mosca robótica ayudará a entender la mecánica del vuelo de estos animales.
Imagen del pequeño robot. / Kevin May Pakpong Chiratattananon