El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) ha intervenido con resultados excelentes a casi 250 enfermos de párkinson, convirtiéndose así en un centro pionero y referente en la cirugía neurofuncional a la que se someten aquellos pacientes en los que el tratamiento farmacológico ha perdido eficacia. En la actualidad, casi 1.500 personas con esta patología reciben tratamiento en la Unidad de Trastornos del Movimiento del centro sanitario.
El director general de Salud Pública, Julio Bruno, ha participado hoy en los actos organizados con motivo del Día Mundial del Parkinson, con el objetivo de acercar a la sociedad las dificultades de las personas afectadas y acabar con los falsos mitos que rodean a la enfermedad.
El director ha subrayado que la Consejería de Sanidad mantendrá el apoyo a las asociaciones de enfermos de párkinson, a quienes ha recordado la importancia de mantener una adecuada higiene física para preservar su capacidad funcional y retrasar el deterioro motriz.
En su intervención, ha apuntado que la atención adecuada a los pacientes de párkinson se ha visto facilitada en los últimos años por la Ley de la Dependencia, pero ha advertido de que los actuales recortes aplicados a esta norma están impidiendo el acceso de muchos enfermos a las prestaciones y ayudas previstas como consecuencia del reconocimiento de la dependencia.
La enfermedad de Parkinson es la segunda patología neurodegenerativa más frecuente en los países desarrollados. En el caso de España, entre un 1% y un 2% de la población mayor de 65 años la padece. Se calcula que en Asturias hay más de 2.000 personas que sufren la enfermedad y su prevalencia podría duplicarse en las próximas dos décadas por el aumento de la esperanza de vida y la alta tasa de envejecimiento.
Los síntomas de la enfermedad se deben fundamentalmente a una degeneración de las neuronas de la sustancia negra del cerebro, que es crucial en el control del movimiento. Las causas por las que degenera esta zona no se conocen en su totalidad, pero se han asociado con factores de riesgo, tanto genéticos como ambientales.
El director del Área de Gestión Clínica de Neurociencias del HUCA, Julio Pascual, ha explicado que el párkinson suele desarrollarse entre los 55 y 65 años, aunque no es raro que aparezca por debajo de los 50 o por encima de los 70. Cursa con tres síntomas principales: temblor de reposo (fundamentalmente en manos), rigidez (que origina dolor muscular) y falta de movimiento (acinesia). Es frecuente que estos pacientes tengan, además, otros síntomas como depresión, estreñimiento y lentitud de pensamiento.
Con el fin de contribuir al estudio y tratamiento de la enfermedad, la Consejería de Sanidad mantiene a través del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) dos convenios con la Asociación Parkinson Asturias, por los que cede la piscina para el desarrollo de actividades terapéuticas. Además, desde el año 2002 permanece vigente la beca de investigación Parkinson Asturias en el Laboratorio de Genética del centro sanitario, distinguida en 2007 con el premio de Farmaindustria en la modalidad de compromiso con la investigación. La beca permite que el investigador y el paciente se conozcan y que éste último sea partícipe de lo que el becario investiga.
Nuevo proyecto de investigación
El pasado año arrancó en el HUCA un nuevo proyecto de investigación, financiado por el Instituto de Salud Carlos III, que trata de identificar unas moléculas de ácido ribonucleico (RNA) de bajo peso molecular (mirRNA) en plasma, que podrían actuar como biomarcadores de la enfermedad.
El doctor Pascual considera que “el futuro de la enfermedad estará determinado por los avances en el sustrato genético que permitirán desentrañar sus mecanismos y plantear tratar la enfermedad en la etapa presintomática”.