El investigador español Rafael Yuste, uno de los inspiradores de la iniciativa de investigación neurológica lanzada ayer por el presidente de EE UU, Barack Obama, considera que se trata de "un momento histórico" para la ciencia.
Por SINC/EFE.-Ayer el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, anunció en la Casa Blanca que asignará 100 millones de dólares del presupuesto de 2014 al proyecto BRAIN, (siglas en inglés de Brain Research Through Advancing Innovative Neurotechnologies, Investigación del Cerebro a través del Avance de Neurotecnologías Innovadoras).
Este megaproyecto científico unirá a las agencias federales de investigación de EE UU y laboratorios científicos con el objetivo de "desarrollar técnicas para mapear la actividad completa de los circuitos neuronales", detalla el investigador español Rafael Yuste, uno de los líderes del Brain Activity Map y profesor de ciencias biológicas y neurociencias de la Universidad de Columbia (Nueva York) y codirector del Instituto Kavly para la Ciencia Cerebral.
"El problema es que, si no entendemos el cerebro, no podremos curar las enfermedades cerebrales"
A finales de 2012, Yuste fue elegido por la revista Nature como uno de los cinco científicos que darían que hablar en los próximos años. Las previsiones de la publicación británica se han cumplido. En febrero de 2013, el investigador volvió a estar en el foco de atención cuando New York Times anunció la intención de la administración Obama de impulsar su proyecto. El propio Obama declaró que es un ejemplo de “cómo el Gobierno debe invertir en las mejores ideas”.
El científico español es el autor principal de un articulo publicado en junio de 2012 por la revista Neuron en el que bosquejaba la iniciativa del Brain Activity Map sobre la base del trabajo que ha realizado durante 16 años en Columbia. Ayer, tras regresar de Washington, donde asistió a la ceremonia de presentación en la Casa Blanca, Yuste declaraba a Efe su satisfacción: "Es un momento histórico en el sentido de que la humanidad empieza a darse cuenta de que tenemos que entender cómo funciona el cerebro. No podemos seguir con esta ignorancia sobre los circuitos cerebrales".
Las enfermedades cerebrales "son una lacra", y a diferencia de otros males "el problema es que no entendemos el cerebro, entonces no podemos curarlas", resaltó. "Es un poco como intentar arreglar un coche si no sabemos cómo funciona", explicó, y subrayó que el cerebro es "un campo bastante desconocido".
Diez años no bastan
Este científico advirtió de que un período de diez años "no va a ser suficiente", ya que harán falta tal vez 15 o 20 años para poder desarrollar y utilizar las técnicas. Yuste recordó que el cerebro humano, con 100.000 millones de neuronas y 10.000 conexiones cada una, "es la única parte del cuerpo humano que no sabemos cómo funciona".
"En Estados Unidos una persona puede sugerir una idea y, un año más tarde, esa idea llega a la Casa Blanca y tiene el apoyo del presidente"
El investigador se mostró prudente y realista al señalar que entre crear ese mapa del funcionamiento de los circuitos cerebrales y lograr curas para enfermedades mentales o males como el alzhéimer "hay un camino que andar". "No creo que se puedan curar esas enfermedades en un plazo de diez años, pero creo que si nos ponemos a trabajar, a desarrollar esas técnicas, llegaremos antes a la curación", afirmó.
El científico valoró la unión mostrada por las instituciones del Gobierno federal estadounidense, junto con grandes laboratorios e importantes empresas informáticas que facilitarán que los resultados del trabajo se puedan compartir "en la nube". "Ha sido una cosa preciosa, una demostración de apoyo de todas las partes involucradas", señaló.
A un nivel más personal, este madrileño "de Argüelles", que lleva 26 años en Estados Unidos, se muestra "muy orgulloso" de sus raíces, y explica que esta experiencia "demuestra cómo funciona Estados Unidos: una persona puede sugerir una idea y, un año más tarde, esa idea llega a la Casa Blanca y tiene el apoyo del presidente".
También recalcó que no ha habido apropiaciones ni desvíos por parte de nadie desde que propuso la idea hasta que tomó forma ayer en Washington. "Estoy muy feliz, desando ponerme a trabajar en el proyecto", concluye.