La OSPA pone en órbita “Los planetas” de Holst

La OSPA pone en órbita “Los planetas” de Holst
  • La Sinfónica de Asturias interpreta la célebre suite acompañando la película “The Planets” de la NASA y Hatch Productions

 

Oviedo.- La órbita de Los Planetas de Holst llega al Centro Niemeyer esta semana. La Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias, dirigida por su director titular, Rossen Milanov, interpreta la famosa suite del compositor inglés en dos conciertos que se celebrarán en Avilés los días 5 y 6 de abril.

Este concierto cinematográfico está incluido en el programa “En órbita”, desarrollado por la OSPA y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria y Comunicación de la Universidad de Oviedo, que además incluye diálogos y cine hasta el 14 de abril. El concierto será la banda sonora que envuelva la imponente coreografía visual realizada por el Jet Propulsion Laboratory de la NASA y Hatch Productions.

El público español podrá contemplar por primera vez un documental fascinante cuyas imágenes de alta resolución fueron tomadas por las naves no tripuladas Mariner 10, Vikings I y II, Magellan, Voyagers 1 y 2 y el telescopio Hubble. Todas esas imágenes han sido combinadas con una cuidada animación para crear una extraordinaria experiencia visual.

Orquestas sinfónicas de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia e Irlanda han interpretado la suite de Holst en esta producción. En España se estrena en el  Auditorio del Centro Niemeyer el día 5 de abril a las 20:00 horas y al día siguiente, como Concierto en familia, a las 12:00 horas. El precio de las entradas es de 10 euros para adultos y 5 euros para niños.

 

La película se basa en los siete movimientos de la obra de Holst:

Marte, el que trae la guerra. - Viaje por encima del Monte Olimpo, una montaña tres veces más alta que el Everest, y por los Valles del Mariner, cuatro veces más profundos que el Gran Cañón. El filme muestra el paisaje marciano pocas veces observado, para que el público deje volar su imaginación por lo desconocido, acompañado por la brutalidad sonora de este fragmento.

Venus, el que trae la paz, - Aunque desde la Tierra se ve como una estrella brillante en el cielo, Venus es un mundo horriblemente caliente. El filme nos traslada por encima del Monte Gula, la Corona Artemisa y el paisaje asombroso de Aphrodite Terra, con sonidos eufónicos del viento madera, sostenidos por arpas y celesta y cautivadores solos del oboe.

Mercurio, el mensajero alado.Abrasado por su proximidad al Sol, la superficie de Mercurio sufre continuamente el bombardeo de asteroides y cometas. La música se eleva mientras el público se da una vuelta disfrutando de espectaculares señales solares, por encima del Cuadrante de Beethoven y del cráter de Bach.

Júpiter, el que trae la alegría. - Mientras suena el movimiento más conocido de la suite, los espectadores podrán dejarse envolver por la Gran Mancha Roja y sus violentas tormentas, además de disfrutar de sus satélites galileanos: Ío, Europa, Ganímedes y Calisto. Un maravilloso recorrido por el vistoso esplendor de Júpiter, con un fragmento que posee una plasticidad cinematográfica que se puede rastrear en bandas sonoras de John Williams, James Horner o Hans Zimmer.

Saturno, el que porta la edad madura. - Conocido por sus inequívocos anillos, Saturno destila misterio. La película revela el color de sus anillos, sus lunas y sus cráteres, acompañado por el ostinato atmosférico asfixiante de flautas, arpas y fagotes. Todos los instrumentos graves van pasando por una fanfarria marcial, a modo de marcha fúnebre, mientras el planeta desvela sus tesoros geográficos.

Urano, el mago. - Un motivo de trompetas, trombones y tubas abren el fragmento dedicado a este planeta, que aparece en la pantalla como una pelota pálida azulverdosa, con una espesa atmósfera que atrapa.  Sorprendente viaje por las mayores lunas de este planeta y sus increíbles cambios de color.

Neptuno, el místico. - Holst consigue una distancia estética en este fragmento gracias a la ausencia de un lenguaje musical familiar. Con esta abstracción observamos al planeta más alejado del Sol. Un final de viaje para reflexionar sobre la majestuosidad de las exploraciones de naves como el Voyager 2. Los enormes infinitos del espacio ante nuestros ojos, con un frío color orquestal.

 

 

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