El CSIC ha realizado el hallazgo gracias al uso de tecnología microscópica asociada a la ciencia de materiales
Las regiones cerebrales humanas asociadas a esta dolencia tienen hasta un 83% menos de contactos sinápticos
Los cerebros humanos afectados por la enfermedad de Alzheimer se caracterizan por presentar regiones con ciertas estructuras patológicas asociadas a la dolencia, como las placas amiloides. El número de contactos sinápticos en estas zonas son hasta un 83% menores que en aquellas que permanecen alejadas de la influencia de estas estructuras, según demuestra una investigación liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
El hallazgo, publicado en el número de marzo de la revista Journal of Alzheimer’s
Disease, se ha realizado a través del estudio de muestras de diferentes regiones
cerebrales de cinco donantes que padecieron en vida la enfermedad de Alzheimer. A
través de su análisis, el equipo ha logrado reconstruir imágenes en 3D de las muestras
que permiten determinar exactamente el número y la distribución espacial de las
sinapsis neuronales.
Los resultados, además de mostrar una notable disminución de sinapsis en las regiones
afectadas, señalan que, en estas últimas, la distribución espacial de los contactos
sinápticos se concentran en los espacios libres que dejan las estructuras patológicas
asociadas a la enfermedad. Por el contrario, en las regiones cerebrales más distales a
estas estructuras, los contactos sinápticos se distribuyen de forma aleatoria.
El investigador del Instituto Cajal Javier de Felipe del CSIC, que desarrolla su actividad
en el Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid y que ha
liderado la investigación, considera que “estas alteraciones sinápticas suponen una
perturbación en las conexiones interneuronales, lo que podría explicar, en parte, el
deterioro cognitivo asociado a la enfermedad de Alzheimer”.
Esta dolencia afecta a unos 35,6 millones de personas en el mundo y, a pesar de haber
sido descubierta hace más de 100 años, De Felipe señala que “aún hoy se desconoce cómo y porqué ciertos circuitos corticales normales se alteran e inducen el deterioro
cognitivo”.
Microscopía del cerebro
Parte del avance llevado a cabo por el equipo de De Felipe reside en la técnica de
microscopía empleada. El investigador del CSIC explica que “otros microscopios logran
reconstrucciones en 3D de forma automática, pero que carecen de la resolución y el
contraste necesarios para distinguir los contactos sinápticos”.
Por ello, en su investigación el equipo ha utilizado un ultramicroscopio asociado al
estudio en ciencia de materiales donde, según el investigador, “esta técnica ya está
madura, mientras que en neurociencia todavía se encuentra en fase de desarrollo”. No
obstante, De Felipe considera que la aplicación de estas nuevas herramientas
microscópicas será fundamental para avanzar en el conocimiento de la corteza
cerebral y, en particular, su aplicación en investigaciones sobre la enfermedad de
Alzheimer resultará de suma importancia”.