La base del criostato ha sido diseñada íntegramente en el CIEMAT y construida por la empresa española IDES. Supone el arranque del dispositivo similar al ITER y su puesta en marcha se espera para principios de 2019.
Tokio.-Ayer tuvo lugar en Japón, en la localidad de Naka, unos 130 kilómetros al norte de Tokio, la ceremonia de inicio del montaje del experimento de energía de fusión JT-60SA, con el ensamblaje del primer elemento del dispositivo, la denominada “base del criostato”, aportación al proyecto del Estado español y fabricado por una empresa asturiana.
JT-60SA es un dispositivo (“Tokamak”) similar al ITER, gran experimento de fusión actualmente en construcción en el sur de Francia, pero de menor tamaño, aproximadamente ocho veces menor en volumen, que operará como “experimento satélite”. Su papel será explorar nuevos regímenes de operación, que serán los que en su día utilicen los reactores comerciales, algo para lo que ITER no tienen la flexibilidad, el tiempo de respuesta ni la estructura de costes adecuados.
El coste del proyecto JT-60SA está estimado en unos 350 M€ y su puesta en marcha se espera para el principio de 2019.
El criostato es una gran vasija de vacío, de unos 13,5 metros de diámetro, 16 metros de altura y unas 500 toneladas de peso que envuelve al tokamak, para mantenerlo a alto vacío, (con una presión cien millones de veces por debajo de la atmosférica). Los componentes del tokamak se apoyan sobre la pieza que ahora se ha entregado, la “base” que sustenta todo el JT-60SA, soportando un peso de 1500 toneladas. La base del criostato, realizada en acero inoxidable especial 304 y con un peso de 240 toneladas ha requerido un diseño muy elaborado para poder trabajar con grandes diferencias de temperatura y con pequeñas deformaciones. El sellado a vacío de las distintas piezas que componen la base del criostato se ha realizado in situ mediante soldadura "ligera" para evitar deformaciones posteriores.
El diseño y los cálculos de ingeniería se han realizado en el CIEMAT y el componente lo ha construido la compañía IDESA, en Avilés.
A la ceremonia asistió el viceministro japonés de Educación, ciencia y comercio (MEXT) acompañado de los directores del proyecto, el gobernador de la región de Ibaraki, autoridades locales y representantes de los grandes conglomerados industriales que participan en el mismo (Toshiba, Hitachi, Kawasaki, Mitsubishi). Por parte europea estuvieron presentes representantes de la Comisión Europea y de los países participantes (Francia, Italia y España). Representando a España asistieron el ministro consejero de la Embajada, el Director del Laboratorio Nacional de Fusión del CIEMAT y un representante de la compañía fabricante IDESA.
La ceremonia incluyó una presentación del director del JT-60SA sobre el conjunto del proyecto y otra conjunta del CIEMAT e IDESA sobre los aspectos técnicos del diseño y fabricación de la base del criostato. Seguidamente tuvo lugar el acto simbólico de finalizar el montaje del componente mediante el “apriete de la última tuerca”.
Esta ceremonia, que ha sido recogida por diversos medios de comunicación japoneses, supone una gran oportunidad para dar a conocer en este país los logros de la industria española en proyectos de alta tecnología. En este sentido, se distribuyó a los participantes una publicación elaborada por CDTI y CIEMAT ilustrando la actividad de 28 empresas españolas que han realizado desarrollos para los experimentos de fusión en todo el mundo y en particular para el proyecto ITER, en el que la industria española ha ganado concursos por 400 millones de euros, situándose la tercera en el concierto europeo, tras la italiana y la francesa.
La participación de España en el proyecto JT-60SA se enmarca en un acuerdo bilateral Europa-Japón que en su día permitió traer a Europa el proyecto ITER, (por el que también competía Japón). En este acuerdo comprometieron una participación especial los países europeos que se beneficiaban de la venida del ITER, entre ellos España, que acogió la sede de la Agencia Europea del ITER, situada en Barcelona, que da trabajo a 300 personas de alta cualificación y supone una inyección para la economía española superior a los 30 millones de euros anuales.
Está previsto que la demanda de energía se duplique para 2050, como crecimiento de la población y el consumo de energía per cápita. En la actualidad, la Unión Europea (UE) importa más del 50% de sus necesidades energéticas y depende en gran medida de los combustibles fósiles. En consecuencia hay que buscar nuevos horizontes más sostenibles a largo plazo. En este sentido, la energía de fusión (la energía de las estrellas), es uno de ellos. La tecnología de fusión, tiene como objetivo crear energía sin generar efecto invernadero gases y residuos radiactivos de vida larga.
El experimento ITER, ampliamente reconocido como uno de los más grandes proyectos científicos internacionales está liderado por la Unión Europea con fuertes compromisos por parte de los EE.UU., Japón, Rusia, China, India y Corea del Sur. Europa participa en el ITER a través de la Comunidad Europea de la Energía Atómica, y es el mayor inversor en el proyecto. La mitad de la población mundial podrá beneficiarse de los resultados de esta empresa de gran envergadura. El programa de la UE de investigación en fusión es uno de los líderes mundiales gracias a la experiencia y conocimiento acumulado por la estrecha cooperación entre los laboratorios nacionales de fusión en las últimas décadas.
Un buen ejemplo de este esfuerzo conjunto son los proyectos de vanguardia conocidos como el “Broader Approach”, dirigido a completar el proyecto ITER, entre los que destacan este criostato JT-60SA de Japón que se inauguró ayer.
FOTO: Un representante de la empresa avilesina IDESA ha participado en el acto de finalización del montaje con la fijación de la última tuerca. / FOTOS cortesía de la JAEA (Japan Atomic Energy Agency).
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