Los especialistas del GEO asaltaron de madrugada la embarcación cuando navegaba a unas 700 millas al suroeste de Cabo Verde

Además de los cinco tripulantes, han sido detenidos en Oporto los cuatro presuntos organizadores del envío de la droga desde Sudamérica

Entre los arrestados en territorio luso se encuentra el representante de la organización en España, a quien los investigadores vinculan con otras operaciones marítimas de narcotráfico

Agentes de la Policía Nacional, en el marco de una investigación conjunta realizada con la Policía Judiciaria portuguesa y el SOCA británico, han abordado un barco cargado con cerca de dos toneladas de cocaína cuyo destino era el mercado europeo. Los especialistas del Grupo Especial de Operaciones –GEO- asaltaron de madrugada la embarcación cuando navegaba a unas 700 millas al suroeste de Cabo Verde. Además de los cinco tripulantes, han sido detenidos en Oporto (Portugal) los cuatro presuntos organizadores del envío de las droga desde Sudamérica. Entre los arrestados en territorio luso se encuentra el representante de la organización en España, a quien los investigadores vinculan con otras operaciones marítimas de narcotráfico.

La organización investigada está formada por un importante grupo de proveedores de cocaína, afincados en Venezuela, cuya función consistía en llevar la droga por vía marítima hasta el buque encargado de su transporte y desde allí a las costas europeas. Por su parte, el cometido de la rama afincada en España y Portugal era contactar con el grupo venezolano así como de coordinar la operación marítima, asegurando la recepción de la cocaína y su posterior distribución en Europa. En el último escalón del entramado de narcotraficantes estarían los responsables del transporte, que habrían facilitado la embarcación para la recogida de la droga en altamar y su posterior transporte hasta España, donde debía ser almacenada y entregada a sus dueños.

La investigación se inició en Portugal, donde los especialistas en la lucha contra el narcotráfico de los tres países implicados averiguaron que varios traficantes se encontraban en Oporto organizando el transporte por vía marítima de una importante cantidad de droga. Fruto de estas pesquisas se pudo conocer que, a finales de febrero de 2013, los responsables europeos de la organización se habían desplazado hasta Venezuela para ultimar los detalles de la operación.

Tras regresar de este viaje uno de los investigados, de nacionalidad holandesa, se desplazó hasta el norte de Portugal, donde estableció su base de operaciones. El resto de miembros de la organización, entre los que se encontraba el responsable de la "oficina venezolana" en España, también se asentaron en esta zona al objeto de coordinar la operación.

Buque nodriza a 700 millas de Cabo Verde

Finalmente, gracias a intensas investigaciones, se pudo localizar el buque nodriza cargado con el estupefaciente cuando se encontraba a la espera de entregar la droga a la tripulación de otro barco controlado por la organización. A través del Centro de Inteligencia contra el Crimen Organizado (CICO) se solicitó la colaboración de la Armada Española para trasladar hasta el punto de abordaje a una dotación del Grupo Especial de Operaciones de la Policía Nacional. Finalmente, el buque Tornado dio alcance al barco con la droga la madrugada del día 15 de marzo, y los agentes de élite del GEO iniciaron las maniobras de asalto. En el momento del abordaje la embarcación se encontraba a unas 700 millas al suroeste de Cabo Verde.

Tras hacer efectivo el apresamiento de la nave se detuvo en el interior del barco a sus cinco tripulantes -4 brasileños y 1 coreano-, y se realizó una inspección de seguridad en la que se hallaron numerosos fardos con cocaína, con un peso aproximado de 2.000 kilogramos, ocultos en el pañol de proa. Asimismo, se encontró una mochila con una gran cantidad de dólares.

Arrestos en Portugal

Al día siguiente en Portugal, agentes de la Policía Judiciaria de Oporto procedieron a la detención de los presuntos organizadores del transporte. Entre estos individuos había dos personas con residencia en España, que se habían desplazado al país vecino para controlar la operación. Uno de esos sujetos, de nacionalidad venezolana, era el representante de la organización sudamericana en España.