Compaña pesquera

Compaña pesquera

Por Ignacio Arias Díaz.-A lo largo de la historia, el concepto de la compaña pesquera ha experimentado modificaciones. Inicialmente estaba circunscrito a la sociedad constituida por el armador y la tripulación de la embarcación con el fin de repartirse los beneficios obtenidos con la actividad pesquera. Este concepto histórico ha evolucionado y actualmente la denominación compaña pesquera sirve para referirse ya no sólo a los miembros de la sociedad, sino también al reparto propiamente dicho de las ganancias obtenidas con la pesca.

        Su composición tampoco se ha mantenido estable. La propia evolución del sector ha determinado que la figura del aprendiz, también llamado cho, marmitón o rapaz, que era menor de edad y cobraba un cuartón, haya desaparecido. Hoy en día la compaña pesquera sólo está integrada por el armador, el patrón y los marineros, que también pueden hacer las veces de cocinero, motorista o neverero, y desempeñar labores menores en tierra, como vigilar el pescado descargado en la rula o preparar la carnada, entre otras.

        También la variabilidad, inseguridad y peligrosidad del propio sector pesquero ha provocado que el reparto del quiñón, también llamado soldada, desde siempre haya sido proclive a las transformaciones. Los marineros cobran un quiñón, pero la participación en los beneficios de la pesca del patrón, cocinero, motorista o neverero depende de lo que se haya concertado a la hora de constituir la compaña y de la coyuntura económica del sector. Igualmente, los gastos que se detraen del Monte Mayor o del porcentaje correspondiente al armador son susceptibles de negociarse y pueden cargarse a uno o a otro, también en función de la situación económica del sector pesquero y de la disponibilidad de tripulación. Por ejemplo, la tendencia actual es que los armadores, ante el desinterés de los jóvenes por enrolarse y con el objeto de atraer tripulantes, aumenten los quiñones extra de los cargos mencionados que, además, imputan a su propia participación en los beneficios de la pesca, cuando lo habitual siempre fue cargarlos al montante de la tripulación.

        En Asturias existen dieciocho Cofradías de Pescadores, aunque Bañugues, vinculada a la de Luanco, goza de cierta autonomía, que quizá trae causa en la importancia que en la zona representa la pesca de percebe en el Cabo Peñas. Su distribución queda reflejada en el siguiente mapa de la Dirección Regional de Pesca:

 

 

 

        Cada cofradía puede elegir la modalidad de reparto que mejor se acomode a sus características. No obstante es posible detectar tres sistemas: embarcaciones con más de tres tripulantes; embarcaciones con tres tripulantes y embarcaciones con dos tripulantes. En todas ellas la característica principal es la de que si no hay beneficios, no hay nada que repartir y, por tanto, no se cobra.

 

      

 

 

        También es común a todas las tipologías la jerga léxica que gira en torno a tres conceptos fundamentales: monte mayor, monte menor y quiñón.

        Monte Mayor.

        Se denomina Monte Mayor a la totalidad de los ingresos brutos obtenidos con la venta del pescado.

        Monte Menor.

        Se denomina Monte Menor a la cantidad resultante de practicar sobre la cuantía del Monte Mayor los descuentos que procedan por los conceptos fijados por la costumbre vigente en la zona de influencia de cada Cofradía de Pescadores.

        A salvo de lo establecido por la costumbre de cada Cofradía, con carácter general se descuentan del Monte Mayor: el importe de la comisión de la respectiva Cofradía; el importe del retorno cuando el pescado se vende en una rula distinta a la de origen ya sea por su inexistencia o porque voluntariamente así se acuerde; los gastos de seguridad social; el transporte en tierra de la pesca, cuando proceda; los víveres; el hielo; la sal; la carnada; en su caso, las gratificaciones para la tripulación, que, según las Cofradías, reciben el nombre de “el duro”, “la cena”, “les amusques”, “los amusquis”, “los chamusquis”, “las chonas”, “la cesta”, “la bolsa”, “la lata”, “las manos”, “el matute” o “las moscas”.

        Quiñón.

        Se denomina quiñón a la porción o cuota de participación que corresponde en el Monte Menor a cada uno de los miembros de la compaña pesquera.

        El número de quiñones que percibe cada uno de los miembros de la compaña pesquera se negocia entre las partes cuando se constituye la compaña y está en función de la condición, categoría o responsabilidades que asume cada uno de sus miembros.

        Con carácter general cada marinero recibe un quiñón, que puede ser incrementado con quiñones extra si asume responsabilidades superpuestas como las de patrón, motorista o cocinero. Los quiñones extra pueden consistir en un quiñón o más, en medio quiñón o en la cuarta parte de un quiñón, denominada cuartón.

        El quiñón se reparte semanal, quincenal o mensualmente, según costumbre de cada Cofradía.

 

       

 

        Mesa de mareantes (junto al cementerio de Luarca). En ella se decidía si se salía o no a faenar en función del número de marineros que se situaran del lado de la embarcación o del lado de la casa.

 

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