“Lo peor de la reforma sería quedar inermes ante el diagnóstico de nuestro sistema escolar, regodeándonos en qué bien lo hacemos”
- “No somos partidarios de las enmiendas a la totalidad, porque hemos sufrido en nuestra carne lo que encierran de antidiálogo”
Marzo.- Intervención del diputado de FORO en el Congreso, Enrique Álvarez Sostres, en la sesión de hoy del Pleno de la Cámara Baja, en el debate de la moción consecuencia de interpelación urgente del Grupo Parlamentario Socialista, sobre las intenciones del Gobierno respecto de la reforma del sistema educativo:
“Les invito a reflexionar sobre el significado de una sentencia de San Bruno, fundador de los Cartujos, cuando fue requerido por monjes propios y no propios, sobre si no tenía previsto reformar su orden, la Cartuja, como se había reformado los Benedictinos de San Benito de Nursia, y contestó: “Cartuja nunquam reformata, quia nunquam deformata”. La Cartuja no se reformó porque nunca se deformó. ¿Podríamos quizás decir esto mismo del sistema escolar cuyos orígenes debemos buscar en las medidas de hace casi 40 años promovidas por diferentes gobiernos socialistas hasta la actualidad? La respuesta es: me temo que no, a pesar de que algunos grupos políticos no les guste.
No estamos, en mi opinión, ni en la opinión de muchos expertos internacionales, en disposición de dejar pasar la ocasión de reformar el sistema escolar español, que ya ha dado muestras inequívocas de sus debilidades y, por qué no decirlo, también de sus fortalezas.
Es difícil iniciar una reflexión sobre el sistema escolar sin aludir a su incidencia sobre el sistema social. El sistema educativo es la base significativa de cualquier crecimiento económico; de su productividad como país, y al mismo tiempo es la mayor aportación a la equidad social y al respeto a la pluralidad de sus miembros. Esto supone, en definitiva, considerar al sistema escolar como plataforma básica del sistema democrático.
En la presentación del Ministro, hace ya más de un año, anunció el propósito del Gobierno de plantear una ley no que sustituyese a la LOE, sino que modificase parcialmente la LOE, orientada específicamente a la mejora de la calidad educativa; es decir, no es una nueva ley que derogue totalmente la anterior sino que va a coexistir con la anterior. Más normas que crean un bosque legislativo farragoso y especializado.
Reiteradas veces el portavoz socialista de Educación, Sr. Bedera, con elocuencia y razonamientos de todo orden, ha puesto en tela de juicio severo el borrador que conocemos. No seré yo el paladín del Sr. Wert, primero porque no me corresponde y, segundo, porque yo también enjuicio seriamente lo presentado, lo retirado y el procedimiento que el Gobierno ha seguido hasta la fecha. Pero de esa oposición critica, al pensamiento monolítico de insistir en retirar, lo que yo entiendo que es, una vez leídos los términos de su moción, cualquier intención de reformar el sistema escolar con profundidad, va un trecho largo. Tan largo que probablemente muchos portavoces estarían de acuerdo en las grandes líneas de reforma, partiendo de las fortalezas del sistema pero también de sus debilidades, alguna de ellas conceptual.
Desde luego, considerar la reforma como ideológica es lo único que no se sostiene, porque cualquier modelo educativo, por principio, está basado en una cosmogonía de valores de toda escala incluyendo los principios pedagógicos y los objetivos sociales. Otra cosa es que prioricemos desde distintas posiciones políticas. Pero no descubramos el fuego a estas alturas.
No somos en FORO partidarios de las enmiendas a la totalidad, porque hemos sufrido en nuestra carne lo que encierran de antidiálogo y ser contrarias al acercamiento de lo dispar. Creemos que muchas cuestiones que afectan a la unidad del sistema escolar y a la singularidad del mismo en cada autonomía, pueden llegar a ser cuestión de diálogo y acuerdo entre las fuerzas políticas si hay voluntad política de hacerlo
Sé que hay cosas que a FORO le separan del PP en esta reforma. Pero eso no basta para que FORO no se oponga a su pretensión, Sr. Bedera. Ud. sabe que el primer punto es una refutación sofística con mezcla de varios argumentos y su segundo punto es cuestión metodológica inaceptable por su vaporosidad genérica. Votaré en contra directamente. Se trata de que las fuerzas de izquierda dejen de considerarse, aunque sea por una única vez, guardianes de la única verdad educativa. Lo peor de la reforma sería quedar inermes ante el diagnóstico de nuestro sistema escolar, regodeándonos en qué bien lo hacemos.
Termino con un pensamiento que siempre me sedujo y que dice: “La buena didáctica es aquella que deja que el pensamiento del otro no se interrumpa y que le permite, casi sin notarlo, ir tomando buena dirección”. Es una reflexión del Prof. Tierno Galván en la Salamanca tardofranquista. Muchas gracias”.