"Quiero irme a casa" forma parte de un proyecto de sensibilización sobre la vida y condición de los refugiados destinado a los jóvenes españoles que ha sido realizado por Mensajeros de la Paz Asturias, gracias al apoyo de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo.
A la proyección, que tendrá lugar el jueves 14, a las 12.00h, en el Paraninfo de la Laboral de Gijón, asistirán 150 estudiantes de secundaria, y contará con la presencia del Padre Angel, Graciela Blanco, directora de la Agencia Asturiana de Cooperación al Desarrollo, y de Esther Díaz, consejera de Bienestar Social y Vivienda del Gobierno del Principado.
Las invitaciones para asistir a la presentación, y que han podido retirarse gratuitamente días atrás, están totalmente agotadas.
Tras más de dos meses de trabajo, el jueves 14 verá la luz el proyecto pedagógico de sensibilización de Mensajeros de la Paz Asturias dirigido a los jóvenes asturianos, sobre las condiciones de vida de niñas y niños sirios, iraquíes y palestinos refugiados en Jordania a causa de la guerra, la persecución y la violencia, y que bajo el título "Quiero irme a casa", se compone de un documental, una guía didáctica para el profesorado, y una exposición fotográfica.
El objetivo del proyecto es que los adolescentes asturianos conozcan y se sientan identificados con otros jóvenes como ellos que pese a su corta edad tienen que afrontar numerosos obstáculos en su día a día para acceder a derechos fundamentales como la educación, la sanidad, o cubrir sus necesidades más elementales, como alimentación, techo y abrigo, como es el caso de los sirios recién llegados a los campamentos jordanos que huyen de la guerra de su país.
El documental “Quiero irme a casa” nos presenta la vida de varios niños y niñas refugiados. A través de sus testimonios, y acompañándoles en su vida diaria, descubrimos sus problemas, carencias e ilusiones: la pobreza, el fracaso escolar, la falta de perspectivas laborales y la esperanza de volver. Así conocemos a Abdú, un niño sirio de 12 años que echa de menos ir al colegio aunque fuera en una tienda de un campamento de refugiados; a Sandra, una joven iraquí que quiere ser abogada para luchar por la justicia; o a Rami, un adolescente palestino nacido refugiado que sueña con volver a su país, en el que nunca ha vivido, pero por el que su familia le ha transmitido el sentimiento de pertenencia a través de los recuerdos compartidos y heredados de los abuelos.
Éstos son sólo algunos de los testimonios recogidos desde la fortaleza de estos chicos y chicas que encaran cada día con un ánimo de superación ejemplar y que representan el futuro de una región convulsa, y a los que la guerra les ha robado la oportunidad de crecer y educarse en sus países, pero que gracias a la hospitalidad de Jordania, un estado que pese a no reconocer el estatuto de refugiado, acoge a todas estas poblaciones en su éxodo, salvándoles la vida en muchos casos. Una política la de este país con pocos recursos que choca con la de la Unión Europea donde la concesión de asilo a refugiados se ha reducido drásticamente en los últimos años.
"Quiero irme a casa" comparte estos escenarios de hospitalidad con los estudiantes de secundaria de Asturias con el fin de fomentar la solidaridad y la cultura de paz, así como la divulgación de enfoque de los derechos humanos en el análisis de la realidad.
El documental, la guía didáctica y la exposición fotográfica estarán disponibles en la Web de Mensajeros de la Paz (www.mensajerosdelapaz.com) a partir del día 15 de marzo, para poder ser descargados por todos los centros educativos de secundaria interesados en el proyecto, así como para el público en general.
Desde hace más de dos décadas Mensajeros de la Paz lleva a cabo proyectos de cooperación y ayuda humanitaria destinados a la población desplazada y refugiada a causa de los conflictos bélicos, especialmente en África y Oriente Próximo. Una de sus últimas acciones, además de este proyecto de sensibilización, ha sido el envío de material de primera necesidad, casas prefabricadas, una ambulancia, y un hospital móvil con destino al campamento de refugiados sirios de Al Zaatari, en la frontera jordana, donde viven en durísimas condiciones más de 70.000 personas, el 75% de ellas mujeres y niños, habiéndose producido entre ellos incluso muertes a causa del frío y las inundaciones que han castigado al campamento este invierno. (Muchas de las imágenes de “Quiero irme a casa” han sido rodadas en el campamento de Al Zaatari).
Por ello –en palabras del Padre Angel- “además del trabajo sobre el terreno, también es necesario hacer llegar a la sociedad española la realidad de aquellas personas que se ven forzados a dejar su casa, su entorno, e incluso su país, huyendo muchas veces hacia un destino incierto con la única intención de salvar sus vidas y las de sus hijos. Son vidas y situaciones que deben ser conocidas, no sólo para mover una solidaridad, la nuestra, que sin duda alguna merecen y necesitan, sino también para evitar que en el futuro estas tragedias humanas vuelvan a repetirse. Por eso, siendo importante que a ninguno nos sea ajena la realidad de los refugiados, lo es más aún que la conozcan las nuevas generaciones porque ellos son nuestro futuro y el futuro del mundo”.