Las tormentas de toda la vida no impresionaban tanto como la expresión mas culta de, “ ciclogénesis explosiva“; solamente oírla en las noticias nos asusta tanto que nos vemos sumidos bajo un alud de nieve y hielo... que nunca llega. Son las armas que los políticos usan para someternos bajo el miedo a lo incierto. Este año, apenas si ha nevado, repetimos lo del pasado año, pero, ¿ porque no nos dejan tranquilos ?. Aquí todo es explosivo.
La vida transcurría feliz en el Paraíso hasta que Eva, tentada por la serpiente, comió y le dio a comer de aquella apetitosa manzana al bueno de Adán, y ahí, fue nada; se nos vino abajo todo nuestro feliz sistema de vida, , sentimos vergüenza de nuestra desnudez y nos encontramos solos, débiles y desamparados, empezamos a tener frío y calor, dolor y angustia, amor y odio; conocimos los pecados capitales, la envidia, lujuria, avaricia. Ira, gula, lujuria y pereza; total que nuestro paraíso se desvaneció de un plumazo, o de un bocado a la sabrosa manzana.
Pasados los siglos, y cuando ya nos habíamos acostumbrado a vivir con nuestros defectos - superiores a las virtudes – resulta que nos encontramos, nuevamente con la posibilidad de dar, nuevamente un mordisco a una nueva manzana... y de pronto nos sentimos como dioses, ya nada de lo heredado de nuestros antepasados era válido, ni patrimonio cultural ni heredad tradicional, ni vocabulario ancestral, y en nuestro caso, como españoles de esa España de los Reyes Católicos, ni siquiera nos resulta válida la bandera.
Una y otra vez seguimos cayendo en la misma tentación, las fuertes pasiones nos hacen sentir como seres del Olimpo y por ello terminamos desafiándolos, sin darnos cuenta que nuestras limitaciones llenas de soberbia, a lo único que alcanzamos es al disfraz diario de ropa de marca o coches de lujo; todo lo que tenemos son símbolos, situación ideal para estudios psicoanalizados por Carl Jung. A esto lo llamamos “estado de bienestar”, pero de pronto nos expulsan de nuevo de este “paraíso virtual” por haber abandonado nuestras obligaciones y derrochado las prestaciones que nos habían aportado para la reconversión; de éstas habíamos vivido, hasta el momento, a cuerpo de rey hasta que un buen día nos despertamos sintiéndonos desnudos y avergonzados en medio de una ciclogénesis explosiva que amenazaba con barrernos del planeta tierra: ¡ esto es terrible !, antes solamente eran vulgares tormentas pero ahora los noticiarios abren con tono amenazante para tener nos atenazados por el miedo; miedo a la economía y miedo a la climatología, pero en general miedo a la pérdida del “estado de bienestar” que era el “nuevo paraíso” en la época moderna. Este paraíso solamente queda reservado a los políticos, por ello se hacen las leyes a su medida.
Los políticos manejan la economía en función de beneficios propios utilizando los impuestos para la financiación de los partidos, los sindicatos y la patronal y tejiendo unas leyes protectoras frente a “imperfecciones de gestión”. Ahora diariamente vemos noticias de imputados, pero nunca pasa nada, en cambio vemos otras noticias sobre un pueblo llano, utilizado y manipulado al que ahora se le ha retirado la red de protección dejándolo desamparado y atemorizado en medio de un maremagno de angustias y desesperaciones, esta es la mejor forma de controlar a un pueblo atemorizándolo con la inseguridad de futuro, congelando sus puntos vitales esto se hace a través de noticias que pueden llevar a la desesperación; todo ocurre como cuanto se asustaba a los niños con el ” hombre del unto “, os simplemente con el coco o el cuarto oscuro; ahora se hace con la prima de riesgo, con el embargo al no pagar la hipoteca o con cortarle la energía eléctrica.
Siempre nos quedaba la baza de la naturaleza, el recrearnos al aire libre, el disfrutar de valles, cañadas, montañas o costas, pero la “casta gobernante” no puede permitirse que las gentes sean felices por unos momentos, el conocimiento y la cultura pueden lograr que los ciudadanos piensen y descubran que viendo como cae la lluvia logran convivir con una naturaleza que los hace felices, por ello decidieron que el hombre del tiempo no sea tan romántico como Mariano Medina y cambiaron los viejos vocablos de calendario zaragozano, por las mas “aterradoras y científicas “ expresiones de ciclogénesis explosiva, amenazando con unas horribles nevadas que van a colapsar los caminos y las mentes, esas nevadas que, al igual que las promesas políticas, no llegan nunca y que a los que conocimos otros tiempos – con miseria, pero sin sobresaltos – con inviernos de mas de medio metro de nieve y unos carámbanos que desde el tejado llegaban al camino, toda esta parafernalia de búsqueda de unos copos, nos parece ridícula, pero la cuestión es clara, hay que mantenernos en casa a basa de atemorizarnos, así no gastaremos y podremos ahorrar para pagar mas impuestos con los cuales cobraran su “salario profesional”, aquellos que un día les dimos la confianza en las urnas. ¿Seguiremos haciéndolo, o claudicaremos por el miedo que nos meten con una nueva dictadura ?, como si ésta no lo fuese.