Por Sara Illana Arias Cano/AM.-Después de pasar el jueves en el barrio de Isaías Medina Angarita, y trabajar toda la tarde en un ensayo sobre una adaptación de una ópera de Wagner uno vuelve a casa derrotado. Es jueves y mañana entierran al presidente Hugo Chávez. O eso decían, porque ahora han decidido embalsamarlo y exhibirlo una semana más, un ratito más, para que lo vea el pueblo (y para alimentar su imagen de mártir, y de que la misión sigue después de Chávez).
Muchos de nosotros trabajamos aún así.
Esta semana ha sido difícil para todos, hay una tensión en el ambiente que hace que por las mañanas uno se despierte con los músculos doloridos, como con agujetas de estar alerta. A las 7am la academia militar ya estaba llena de seguidores chavistas y gente que quería darle el último adiós. Esta ola de personas llevando la ya famosa camisa roja... Y son entrevistados muchos por los medios, hablando de la misión inacabada, de su deber como pueblo, corean rimas y canciones pegadizas, con letras hechas para Chávez.
No se veía nada de lo que pasaba, por la televisión luego mostraron el entierro, con personalidades venezolanas, la 'generación de oro', custodiando el ataúd, y Gustavo Dudamel tocando 'Venezuela', de Luis Silva. Parecía que la letra cantaba el ultimo deseo del presidente.
"y si un día tengo que naufragar,
Y un tifón rompe mis velas,
Enterrad mi cuerpo cerca del mar
En Venezuela."