Este año los alérgicos al polen sufrirán las consecuencias de las lluvias de febrero y marzo. La previsión de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) es que los granos de gramínea en el aire duplicarán los niveles del año pasado. La situación se suavizaría si en mayo hubiera más precipitaciones.
Esta primavera se prevén altos niveles de polen, por lo que será una estación de elevado riesgo para las personas con alergia. Solo un mes de mayo lluvioso podría ‘salvar’ a los alérgicos, pero si se presenta seco y con temperaturas moderadas los niveles de granos en el aire duplicarán los de 2012.
Para realizar la predicción, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), tiene en cuenta las elevadas precipitaciones, la humedad atmosférica y las temperaturas que hemos tenido en la península desde el mes de octubre.
El año pasado, por ser un año seco, fue llevadero para las personas afectadas por la alergia y se detectaron solo 2.600 granos/m3 de aire. Sin embargo esta vez no tendrán tanta suerte ya que la predicción de 5.100 granos/m3 casi duplica los niveles de 2012.
La predicción de polen para este año es de 5.100 granos/m3, lo que casi duplica los niveles de 2012
“Aun así, no hay que ser alarmistas” asegura Francisco Feo, coordinador de Aerobiología de la SEAIC. “Tenemos herramientas muy buenas que predicen los niveles de polen día a día y en zonas geográficas concretas. Esto facilita que los pacientes informados tomen medidas preventivas como, por ejemplo, no hacer ejercicio al aire libre”, añade.
La meseta, la zona más afectada por las gramíneas
Las predicciones se aplican principalmente al centro y sur de la península donde el clima es seco y con las temperaturas extremas. Los granos de polen analizados son los de gramínea pues son considerados por los expertos como el marcador de alergia por excelencia.
Hacer previsiones en la costa norte es más complicado por su clima menos previsible. Las temperaturas, más suaves que en la meseta, hacen que el periodo de polinización se extienda durante tres o cuatro meses y por tanto la concentración de polen es menor. Además las lluvias frecuentes ‘barren’ los alérgenos del aire.
Por su parte, en la zona mediterránea las alergias predominantes son diferentes y el polen incide con menos fuerza.
El de gramínea es el polen que afecta a un número mayor de personas y que, además, suele potenciar las reacciones a otros componentes que en su ausencia tendrían un efecto suave. Es por eso que las predicciones de alergias se suelen hacer en función de él.
Otro alérgeno que se presentará en elevadas cantidades en los próximos meses es el del plátano de sombra, un árbol cada vez más frecuente en las ciudades cuyo polen se comenzará a detectar en las próximas semanas.
El polen de olivo puede aparecer en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía, pero su polinización es constante a lo largo del año y por lo tanto no tiene una especial incidencia estacional. Además se presenta con mayor intensidad en los años pares que los impares ya que sus reservas polínicas se agotan cada dos años.
Alérgicos polisensibles
En las últimas décadas el perfil de las personas con alergia ha cambiado mucho. “Ahora la mayoría son alérgicos a varios pólenes a la vez” afirma Feo, y explica que antes la incidencia de la alergia se limitaba a mayo y junio, pero ahora, al enlazarse temporadas de polinización de distintas especies, los pacientes sufren molestias desde febrero hasta noviembre. “El 90% de los pacientes son polisensibles. Esto lleva a que la alergia estacional se esté convirtiendo en perenne”.
Por otro lado, hace unos años, lo más común era que los pacientes empezaran a presentar molestias en la adolescencia, mientras que últimamente cada vez se presentan más casos en edades tempranas y en adultos.
La contaminación atmosférica puede ser uno de los factores que están haciendo menos llevaderas las alergias. Los contaminantes ambientales dañan los bronquios, favoreciendo que penetren en el cuerpo los alérgenos. También afectan a las plantas, en las que inducen un estrés al que responden produciendo más polen y más alergénico.
Personalizar el tratamiento de cada paciente con el diagnóstico molecular
Un estudio publicado en la revista Allergy por Joaquín Sastre, jefe del Servicio de Alergia de la Fundación Jiménez Díaz y presidente electo de la SEAIC, pone de relieve que el diagnóstico molecular modifica las pautas de tratamiento del 50% de los pacientes de alergia.
Un análisis molecular de la sangre permite detectar cuál es la molécula exacta que provoca la reacción alérgica en el paciente. Gracias a esto se puede personalizar el tratamiento de cada paciente para optimizar los resultados.
“Además de los beneficios en la calidad de vida del paciente, hemos hecho un análisis económico que demuestra que el diagnóstico molecular puede llegar a ahorrar del orden de 317 a 437 euros por paciente” asegura Sastre.