Patarroyo intentará ensayar en humanos el próximo año su nueva vacuna contra la malaria

Patarroyo intentará ensayar en humanos el próximo año su nueva vacuna contra la malaria

JPA/DICYT Manuel Elkin Patarroyo, científico colombiano que desarrolló hace más de 25 años la primera vacuna sintética contra la malaria, continúa trabajando en esta línea con un nuevo prototipo de la vacuna que mejora su eficacia hasta llegar a una protección superior al 90% en monos. El objetivo del investigador, que ha ofrecido hoy en la Universidad de Salamanca una conferencia sobre su trabajo, es ensayar a lo largo del próximo año la nueva vacuna en humanos.

 

El científico colombiano ha recordado que este proyecto tiene una trayectoria de 33 años y responde a “un programa del que nunca nos hemos desviado”. Si los resultados no han llegado a ser definitivos, es porque “no se trata de un problema fácil, perseguimos un concepto, lograr un método para desarrollar cualquier vacuna química”, señaló en declaraciones recogidas por DiCYT. En este sentido, ha aclarado que jamás habrá una vacuna universal, pero sí “un método universal de hacer vacunas”.

 

La primera vacuna sintética contra la malaria logró una capacidad de protección de entre el 35 y 40 por ciento, que aún no ha sido superado. Ahora, un nuevo abordaje de la vacuna ha obtenido mejores resultados en monos, lo cual es una garantía para demostrar su eficacia en humanos, según Patarroyo, que recuerda que se han intentado desarrollar sin éxito hasta 127 vacunas contra la malaria. Una de las experiencias más recientes ha sido la del español Pedro Alonso, que ha logrado una protección que apenas sobrepasa el 30% en niños africanos de pocas semanas. Por eso, el inmunólogo ha defendido el “filtro” de realizar primero ensayos con monos.

 

Sin embargo, las investigaciones de Patarroyo con monos están paralizadas en este momento, debido a que grupos ecologistas han acusado a su equipo de investigación de traficar con monos en la frontera entre Colombia y Perú en el Amazonas para llevar a cabo sus experimentos, unas acusaciones que el científico ha calificado de absurdas e incongruentes. Además, ha dejado claro que los ensayos se realizan sin maltrato, porque no se deja morir a los animales.

 

Otra de las dificultades que tiene que afrontar el equipo de Manuel Elkin Patarroyo es la financiación, ya que el gobierno colombiano ya no aporta fondos a la investigación, así que España ha sido su principal soporte a través de organismos como la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). “España nos ha dado la mano en una situación crítica”, ha agradecido.

 

Alta mortandad

 

Según los datos de Patarroyo, la malaria causa un millón de muertes al año en todo el mundo. Mientras en algunas zonas parece remitir, en otras se incrementa e incluso en lugares donde se creía erradicada, como Europa, vuelven a aparecer casos autóctonos, según los expertos. Esto puede estar relacionado con el cambio climático, ya que la malaria es una enfermedad producida por parásitos del género Plasmodium cuyo vector de transmisión son mosquitos del género Anopheles que pueden estar modificando sus hábitats.

 

Todo ello supondría que la vacuna contra la enfermedad podría tener que aplicarse a miles de millones de personas, pero Patarroyo ha insistido en que su objetivo es que esté disponible de forma gratuita, sin que pase por manos de las grandes compañías farmacéuticas, y ha estimado que su coste rondaría los 10 céntimos de euro.

 

Manuel Elkin Patarroyo ha explicado estos detalles en una conferencia que ha ofrecido en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Salamanca, institución con la que mantiene colaboraciones desde hace años. En la actualidad, los proyectos conjuntos se canalizan a través de su hijo, Manuel Alfonso Patarroyo, que trabaja también en otras investigaciones sobre hepatitis o tuberculosis. “Garantiza la continuidad de la idea, trabaja conmigo desde niño, así que hay una nueva generación de reemplazo que puede continuar con el proyecto”, ha afirmado.

 

En concreto, la Universidad de Salamanca investiga la fasciolosis o fascioliasis, enfermedad provocada por el parásito Fasciola hepatica. Este trabajo, encabezado por el decano de la Facultad de Farmacia, Antonio Muro, y desarrollado por el investigador José Vicente Rojas, está dando resultados tan “interesantes”, según los expertos, que han sido objeto de una solicitud de patente.

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