Por Ignacio Sánchez-Vicente

Cuentan los expresidentes de EEUU que, mientras deambulan por los pasillos de la Casa Blanca meditando alguna trascendental decisión, sienten cómo los bustos de sus predecesores los miran como queriendo darles ánimo y ayudarlos en su difícil tarea. Pues bien, hoy será el espíritu de Pedro Rodríguez de Campomanes, aquél ilustre tinetense de Sorriba, quien sirva de mudo testigo de la reunión que mantendrán a partir de las 10 horas de este martes, las comisiones de Foro y del PP asturiano, en la Junta General del Principado. 

Una reunión que pasará a la historia de Asturias. Sin duda. Nadie mejor que Campomanes, Ministro de Hacienda que lo fue, comprenderá  el delicado, difícil, duro, angustioso incluso, momento que viven las gentes del Principado, con un horizonte que aún a los más optimistas preocupa por la niebla que lo oscurece y el mal aprovechamiento de los pocos mimbres --pero mimbres, al fin y al cabo-- que aún conserva esta sociedad para tejer caminos de recuperación y progreso. Unos caminos que sólo podrán recorrerse desde la base de la confianza en las propias fuerzas y la ilusión por alcanzar nuevos objetivos.

Ilusión. Esperanza. Esas son las claves que han de estar  hoy en la base de las negociaciones. En contadas ocasiones en su pasado reciente la sociedad asturiana ha expresado tan inequívocamente su deseo de apostar por un liderazgo que derribe las columnas del inmovilismo, el de buena fe y el del puro egoismo. Por el renacer de una ilusión vigorizante que saque a la sociedad de su narcolepsia adormecedora. Por el reencuentro con un pueblo que se sienta digno de tal nombre.  Por un "nosotros podemos" que sacuda y disperse el pesimismo minador, la cizaña corrosiva, la envidia depresiva, el victimismo militante y la mentira miles de veces repetida de "es que somos menos que un barrio de Madrid". 

Y ese depósito de esperanza e ilusión le ha sido entregado a FORO, y especialmente a la persona de su presidente, Francisco Álvarez-Cascos. Grande es, pues, su responsabilidad a la hora de procurar, aunque NO por todos los medios ni a cualquier precio, y sí con generosidad un Gobierno estable que pueda timonear con mano firme los días, los meses y los años venideros.

El Partido Popular llega a la reunión con la evidencia de que una gran parte de su electorado anterior ha sancionado negativamente su gestión y lo ha situado como la tercera fuerza política en el Parlamento. Cabe pedirle, así, que pondere sus exigencias al peso que se le ha conferido y no caiga en la tentación de "ser la novia del baile", sobre todo si esa novia es voluptuosa, egoista y exigente contra natura. Son sus legítimas, claro que sí, la exigencia de coincidencias programáticas razonables que le permitan posteriormente poner en valor su peso político en la Cámara, y la explotación pública de su apoyo al nuevo Gobierno, que ese y no otro es el 'juego' de la política en el marco actual.

Histórica cita, pues, en una de las sedes parlamentarias más antiguas de Europa y en la sala que lleva por nombre el de uno de los más ilustres asturianos que han sido. Desde asturiasmundial deseamos que la responsabilidad no los abrume, sino que los inspire. Por el bien de Asturias y de los asturianos.

FOTO: Retrato de Pedro Rodríguez de Campomanes