“En el PP construyen un partido al revés: primero eligen unos líderes postizos en ‘petit comité’, y después intentan buscar seguidores”
- “Quienes hacemos el llamamiento hacia el cambio que representa FORO somos en su mayoría las personas como yo, que antes hemos sido independientes”
- “Son los escasos afines al PP que aún queden en Asturias, quienes deberían replantearse humildemente el abandono de un partido que en Asturias, ni está, ni se le espera”
Oviedo.-. Juan Ramón Campo, diputado de FORO en la Junta General del Principado, ha salido al paso de las recientes declaraciones vertidas en Asturias por el dirigente del PP Carlos Floriano, que a su juicio son cuanto menos “domingueras”, y “bastante desafortunadas” para quienes como él mismo, no proceden de las filas del PP, como demuestra su pertenencia, en calidad de fundador, a una candidatura independiente en Allande, con la que adquirió la condición de concejal, anterior a su afiliación a FORO.
“El último clamor desesperado del Señor Floriano insulta a muchos militantes, simpatizantes y miembros de FORO que nunca estuvimos en sus filas, precisamente debido a la calaña de sus líderes y el funcionamiento interno de su partido, pues muchas de las personas militantes, votantes y afines a FORO, hemos visto algo más que lo que el PP finalmente se está empeñando en demostrar día a día, sobre todo en Asturias”, afirmó Campo.
El diputado de FORO manifestó que “en el PP construyen un partido al revés: primero eligen unos líderes postizos en ‘petit comité’, y después intentan buscar seguidores. Y ahora hacen llamamientos desesperados, conscientes de que los asturianos les han dado la espalda, a consecuencia de sus propios actos, y que esta circunstancia no ha sido algo ocasional o puntual, sino que se ha repetido hasta en dos ocasiones diferentes con ocasión de los últimos procesos electorales”.
“El PP debería haber tenido en cuenta antes a sus votantes, y sobre todo con la ‘humildad’ que prodigan ahora, para evitar el pu-cherinazo del último cónclave interno”, aseguró Campo en referencia al último Congreso del PP, en el que, a su juicio, “han coartado cualquier opción de cambio en su partido y han surgido unos líderes de pacotilla, sin carisma ni apoyo por parte de las bases ni de la ciudadanía, respaldados únicamente por unas siglas, ya muy denostadas a todos los niveles. Fue entonces cuando deberían haber tenido más ‘humildad’ como la que predica Floriano, o acaso también practicarla repecto a sus concejales, cuando apoyan la buena gestión de FORO en los municipios, recibiendo por ello la presión de sus ‘lideroides’ regionales, carentes de toda autoridad moral para instruir a nadie en las artes de una política que no practican ellos mismos”.
Incide el diputado de FORO en que “somos personas como yo, que hemos sido independientes, quienes en su mayoría hacemos el llamamiento hacia el cambio que representa FORO”, mientras advierte que en Asturias “existe un antes y un después de FORO, en el que podemos comprobar día a día cómo se corrobora todo lo que FORO denunció en su momento, en el Niemeyer, en los Fondos Mineros, en infraestructuras, en corrupción, y en cualquiera de las materias que la pinza PPSOE nos impidió culminar, coartando el breve lapso de gobierno de nuestra formación política”.
En relación con el llamamiento de Floriano, Campo sostiene que “Son los escasos afines al PP que aún queden en Asturias quienes deberían replantearse el abandono de un partido que en Asturias, ni está, ni se le espera. Un partido que ya ha tenido suficientes ocasiones de enmendar sus actos, y que durante décadas ha sido cómplice silencioso de la decadencia de Asturias, manteniendo una oposición acomodaticia y aquiescente, o quizás también deseen calificarla como ‘humilde”’, pero en cualquier caso inapropiada y sin vocación de gobierno”.
Concluye el diputado de FORO con “un llamamiento a los votantes para que no se resignen a someterse al yugo bipartidista, y mucho menos a la vista del comportamiento de los actuales líderes de ambos partidos con Asturias, sino que reafirmen una y otra vez su capacidad de valorar y votar libremente, sin ‘imágenes de marca’, ni ‘sectas’, valorando el trabajo conseguido por quienes denuncian con rigor las irregularidades y despilfarros, proponiendo otras formas de hacer política, más reales y cercanas a los ciudadanos”.