JPA/DICYT El 'Estudio de la producción científica y tecnológica en colaboración Universidad-Empresa en Iberoamérica', realizado por el grupo de investigación SCImago y publicado por RedEmprendia, destaca a España como país líder de la región tanto en la producción de resultados de investigación como en el registro de innovaciones en un ámbito tan exigente como el estadounidense.
Según la información de RedEmprendia recogida por DiCYT, el informe cuenta con el patrocinio de Banco Santander, por medio de Santander Universidades, inaugura la colección Estudios-RedEmprendia, ha sido presentado hoy en la Casa de América (Madrid), en un acto que contó con la presencia de José Ignacio Wert, ministro de Educación del Gobierno de España; Carmen Vela, secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación del Gobierno de España; Federico Morán, secretario general de Universidades de España; Adelaida de la Calle Martín, presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) y rectora de la Universidad de Málaga; Senén Barro, presidente de RedEmprendia; Tomás Poveda Ortega, director general de la Casa de América; José Manuel Moreno, director de Proyectos Corporativos y Coordinación de la División Global Santander Universidades, y Félix de Moya, coordinador del estudio e investigador del grupo SCImago.
En los seis años que abarca el estudio (2003-2009), España obtuvo un total de 1.166 patentes en la Oficina Internacional de Patentes de Estados Unidos (USPTO), lo que representa un 53% de las patentes concedidas a países iberoamericanos en ese período y analizadas en el informe (2.191). Además, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) fue el organismo iberoamericano que más patentó, con 83 innovaciones registradas en la USPTO.
Brasil (488), México (144), Argentina (75), Portugal (68), Venezuela (55) y Chile (55) tuvieron una actividad innovadora anual bastante regular, lo que les permitió ocupar las primeras posiciones en productividad detrás de España. Por otro lado, Chile, Panamá y Cuba manifestaron una estrategia de desarrollo tecnológico sostenida y especializada en unos pocos sectores de la técnica, lo que podría suponer que una futura mejora de sus posiciones, según el estudio.
La universidad española protege más su tecnología
La capacidad para patentar en la región iberoamericana se concentró en las organizaciones, ya que tan sólo 55 personas naturales poseían algún registro de patente durante el período estudiado.
Entre las instituciones españolas que presentaron una producción tecnológica sostenida, con niveles muy altos de productividad anual, se encuentran, además del CSIC, la Universitat Politècnica de València (37 patentes), y dos empresas: Laboratorios del Dr. Esteve, S.A. (39) y Pharma Mar, S.A. (28), titulares con patentes en todos los años estudiados.
En el caso brasileño, la innovación se concentró en el sector industrial, con las empresas Petrobras (61) y Embraco (46) en cabeza.
También son españolas la mayoría de las universidades iberoamericanas que protegieron sus resultados de investigación científico-tecnológica mediante patentes en Estados Unidos. Concretamente, el informe señala 23 universidades españolas que obtuvieron patentes en EE UU entre 2003 y 2009, seguidas muy de lejos por universidades de Chile, Portugal y Brasil. Las tres primeras universidades iberoamericanas por número de patentes en EE.UU., en dicho período, fueron la Universitat Politècnica de València (37), la Universidad de Sevilla (11) y la Universidad de Salamanca (9).
Colaboración universidad-empresa
Por lo que respecta a la producción científica en Iberoamérica, el estudio muestra una tendencia generalizada a la colaboración, fundamentalmente entre universidades con otras instituciones de educación superior, hospitales y centros de investigación, y en menor medida con las empresas.
Sin embargo, los resultados del estudio apuntan a que las universidades que investigaron, entre 2003 y 2009, en colaboración con la empresa privada han obtenido una media de impacto global en el entorno científico mayor al logrado por la investigación realizada exclusivamente desde la academia, sobre todo en cuatro áreas: Salud, Energía, Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y Agroalimentación.