Villarina disfruta de su cuarta primavera en el Parque Natural de Somiedo. Las observaciones y las imágenes obtenidas por un equipo de la Fundación Oso Pardo (FOP) demuestran el buen estado fisico de la osa y un comportamiento similar al de los demás osos que habitan en Somiedo.

La osa se alimenta con hierbas tiernas, mueve piedras buscando insectos, trepa a los árboles para mordisquear las yemas tiernas y busca las carroñas de los ungulados que han muerto durante el invierno. A los osos les gusta jugar y Villarina no iba a ser menos, hemos visto como se despierta de sus siestas o deja de comer para retozar y juguetear con palos y ramas.

Villarina parece haber superado el trauma de su infancia, cuando el 26 de junio de 2008 fue recogida por unos turistas que la encontraron malherida en la cuneta de una carretera de Somiedo. Tenía apenas seis meses de edad y graves heridas que hacían temer por su vida. Los cuidados veterinarios consiguieron recuperarla y el 11 de noviembre fue liberada discretamente en un abrupto paraje del Parque Natural de Somiedo. Pesaba casi treinta kilos e iba equipada con dos radioemisores pegados al pelo de la espalda que permitirían seguir sus pasos hasta que se desprendieran con la muda estival. Las localizaciones precisas proporcionadas por los radioemisores y las frecuentes observaciones a través de los telescopios confirmaron día tras día la adaptación de Villarina a la vida en libertad.

La reintroducción de Villarina es un éxito esperanzador que marca la pauta a seguir cuando se presenten casos similares en la población cantábrica o en cualquier otra población de osos. La decisión de retornar a Villarina a los montes que la vieron nacer fue una apuesta arriesgada, de incierto desenlace, pero afortunadamente con un final feliz.

(FOP)