La Comunidad de Madrid ha conseguido caracterizar 62 variedades tradicionales españolas de melón, lo que va a suponer una herramienta de gran utilidad para que los agricultores de la región puedan mejorar la competitividad de este producto, que en la Comunidad abarca una superficie de cultivo de 1.600 hectáreas y cuya producción representa el 5% del total nacional, comercializando alrededor de 25 millones de kilos al año.
Ricardo Riquelme, director del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA), ha entregado al alcalde de Villaconejos, Adolfo Pacheco, y a los miembros de la cooperativa del municipio el “Catálogo de Variedades de Melón Tradicionales Españolas”, en el que se recogen los resultados de los trabajos de caracterización llevados a cabo en el marco del Proyecto Melonomics.
Gracias a este proyecto ha sido posible obtener la secuenciación del genoma del melón, que permite localizar aquellas zonas del fruto en las que reside la expresión de las características de calidad y, por tanto, elaborar melones “a la carta”. Los trabajos de campo desarrollados por el Ejecutivo madrileño, le han permitido obtener una caracterización completa de 62 variedades tradicionales, datos que se recogen en el catálogo y en www.madrid.org/imidra.
Para su evaluación ha sido fundamental el trabajo de campo desarrollado en la fincas del IMIDRA. En “La Isla” se han sembrado todas las variedades de melón y se han tomado sus datos morfológicos y agronómicos, y en los laboratorios de calidad alimentaria de "El Encín" se han analizado en lo referente a su textura, color, jugosidad, aspectos nutricionales y capacidad antioxidante.
Tradición y futuro
Las variedades tradicionalesson las que tienen un origen histórico, no han sido sometidas a procesos formales de mejora. Hoy en día consumidores y productores están cada vez más interesados en este tipo de variedades, que pueden ofrecer sabores y texturas de gran calidad, y con este Catálogo elaborado por la Comunidad se pretende devolver a la sociedad parte de los beneficios que genera el conocimiento de la biodiversidad agraria.
La investigación permitirá en el futuro mejorar el cultivo del melón en la región y evitar enfermedades que pueden causar importantes pérdidas económicas. Poder conocer la calidad del fruto a través de su ADN antes de haberlo plantado reducirá el tiempo del proceso de selección y abaratará los costes de las semillas y de la producción, lo que hará que los melones madrileños sean más competitivos en el mercado.
De las 17 variedades madrileñas de melón que se estudiaron durante el proyecto, 13 son exclusivas de Villaconejos y sólo 4 de fuera de la localidad. Por este motivo, el IMIDRA ha puesto especial interés en las variedades madrileñas, que han sido objeto de un completísimo estudio que pone de manifiesto tanto sus características de calidad y nutrición como su comportamiento en campo y su aceptación por el consumidor, además de determinar sus relaciones genéticas con otras variedades de melón españolas.