Por Luis Javier del Valle/dendecagüelu.blogspot.com.-El jueves, 17 de enero de 2013, se ha celebrado en La Foz de Morcín, el “IV Concurso de Casadielles” en el que he participado como miembro del Jurado del mismo.
Llega San Antonio Abad, cuyo santoral se celebra el 17 de enero, y con su celebración la fiesta patronal de La Foz de Morcín, y por extensión fiesta local en el municipio de Morcín, y que el que suscribe siempre tiene presente en su calendario festivo, siendo fiel a la misma.
Formando parte del programa festivo, que organiza la Hermandad de la Probe, se celebra el Concurso de Casadielles, acudiendo como miembro del jurado al mismo, al igual que en la II y III edición. Este año era su IV edición, cambiando nuevamente de nombre, primero se llamó concurso provincial, luego regional y ahora es mundial, ¡estos focetanos son tremendos!.
De izquierda a derecha: Manolo, Ismael, David, Carlos Cuesta, Javier, Carlos y Salinas, falta Alberto incorporado más tarde.
A las doce de la mañana, nos damos cita en el salón polivalente de la Escuela Hogar de la localidad, los miembros que componemos el jurado del Concurso para evaluar las piezas que entre las 11,00 horas y las 12,00 horas, se podían presentar de acuerdo con la base número 8 de su normativa.
Un jurado elegido por el Gremio de Artesanos Confiteros, colaboradores directos del mismo desde su inicio y la Hermandad de la Probe, y que estuvo compuesto por José Luis Salinas, de la confitería La Aurora de Mieres, Carlos García Fernández – confitería Santa Cristina de Oviedo-, Alberto Día Iglesias –directivo y profesor del Gremio- Manuel Menéndez –presidente del Gremio-, Carlos Cuesta –presidente de ASPET- David Fernández –director de Gustatio-, Ismael Fernández –fundador de Lisfersa- y el que suscribe.
En esta edición, no sólo cambio el nombre, sino que también hubo modificaciones en las bases; destacando la separación en dos categorías: casera y artesana profesional, y suprimiendo los tres premios de ediciones anteriores, por un único premio en cada categoría.
Carlos Cuesta, como presidente del Jurado, entregó a Alejandro su placa como ganador.
Realizado el cierre de inscripciones se presentan las bandejas conteniendo las seis piezas de un peso máximo de 70 gramos/unidad, perfectamente separadas por categorías y numeradas. El Jurado consensuamos normativa y parámetros evaluadores, se reparten las hojas para realizar las puntuaciones, compuestas por dos apartados: presentación, puntuable de 0 a 5 puntos, y por otro su sabor y componentes de 0 a 10 puntos, lo que da un máximo de 15 puntos posibles para cada participante, y con Alberto como cortador oficial, comenzamos la cata-degustación.
Un total de 12 concursantes presentaron sus elaboraciones en la categoría de artesana profesional, mientras que 24 lo hacían en la categoría de casera. Un total de 36 elaboraciones, que batieron el récord de participación en el concurso, superando los 17, 26 y 14 de las ediciones I, II y III respectivamente.
Primeramente se evaluaron las presentadas en la categoría artesana profesional, que a diferencia de la casera, la masa debía de ser obligatoriamente de hojaldre. Visualmente primero para ver su presentación y luego con su degustación, se evaluaron las mismas, de las que 5 eran fritas y 7 horneadas, resultando vencedor la “Pastelería Elvira” de Piedras Blancas, representado por su propietario Alejandro Riesgo, que fue compañero de Jurado en la II edición.
Esta es una elaboración que tiene entre sus especialidades la pastelería, y aunque rota con otras, suele estar muy presente en su oferta. La receta consta de una masa de mantequilla con vino blanco, sal y un poco de agua, que después de dos vueltas dobles en la mantequera, reposa un tiempo, se estira muy fina, y se rellena con una masa de nuez muy picada, azúcar y un poco de anís, para luego ser horneada a 180º C durante unos 12 minutos.
Concluida la prueba de los profesionales, pasamos a la evaluación de las caseras. 24 elaboraciones presentadas a concurso, de las que 8 eran de hojaldre y 16 de pasta. Se siguió el mismo proceso que el anterior, resultando ganadora la presentación realizada por Yolanda Toyos Hevia, de Villaviciosa, que repetía triunfo, ya que también fue la vencedora en la edición anterior. La presentación era de masa frita, con relleno mixto de nuez y avellana, con el toque de anís y cobertura de azúcar.
Nuria, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Morcín, entrega el premio a Ismael, que lo recoge por delegación de Yolanda.
Los premios posteriormente serían entregados en la plaza del cura José Manuel Valle, al concluir la subasta del ramu, con gochin incluido, en un ambiente expectante con muchas personas que presentes, que habían participado en el concurso, exponiéndose las elaboraciones presentadas.
Como valoración final del Concurso, resaltar el incremento de participantes, aunque para ser de todo el Principado de Asturias, considero que el número se puede incrementar a poco que se divulgue adecuadamente, para lo cual vuelvo a decir lo dicho en la crónica de la edición anterior sería necesario una rueda de prensa unos días previos a su realización y una divulgación y complicidad mayor por parte del Gremio de Artesanos Confiteros.
Como valoración final del Concurso, resaltar el incremento de participantes, aunque para ser de todo el Principado de Asturias, considero que el número se puede incrementar a poco que se divulgue adecuadamente, para lo cual vuelvo a decir lo dicho en la crónica de la edición anterior sería necesario una rueda de prensa unos días previos a su realización y una divulgación y complicidad mayor por parte del Gremio de Artesanos Confiteros.
En cuanto a las elaboraciones en sí, hay que resaltar el alto nivel de las mismas, obviamente había alguna que no a mi entender no alcanza el optimo por diferentes detalles, pero las puntuaciones finales con diferencias de un punto entre el primero, segundo y tercero de cada categoría habla por si solo de la calidad de las presentaciones. En las presentaciones de profesionales hubo más similitudes en cuanto a ingredientes utilizados, encontrando más diferencias en el caso de las caseras, con elaboraciones variadas y diferentes entre sí.
Después de tres ediciones, igual es conveniente alguna variación en el funcionamiento interno, y dado que ya hay dos categorías, propuesta que el año pasado había considerado conveniente como así lo manifesté en la crónica del concurso, y dado el alto volumen de presentaciones, entiendo que igual es positiva la división del jurado de alguna manera, ya que probar todas las elaboraciones -como hasta ahora hacemos- es complicado. También yo soy partidario, de que dado que forma parte del festejo en honor a Santoanton –como allí es llamado- y el hacer casadielles en la casas en esa fecha, norma no escrita pero inexcusable, dar un premio al primer clasificado del concejo.
Enhorabuena a la Hermandad de la Probe, por su invitación a ser miembro del Jurado y por la organización de este Concurso, que poco a poco se va consolidando y que sirve para realzar uno de los postres por excelencia del Principado de Asturias, y presente como tal en una buena parte de las fiestas gastronómicas que celebramos a lo largo y ancho del mismo.
MÁS INFORMACIÓN.