Seis meses de lucha en defensa de unos servicios públicos dignos, universales y gratuitos

Seis meses de lucha en defensa de unos servicios públicos dignos, universales y gratuitos

Este mes se cumplen seis meses del inicio de las  movilizaciones de los empleados públicos asturianos.

El anuncio en pleno verano del aumento de la jornada laboral, la reducción de días de permiso y la supresión de la paga extraordinaria de navidad para todos los empleados públicos del país, marcó el inicio de unas protestas que por su afluencia y originalidad  eran desconocidas hasta el momento en la Administración. Los empleados públicos, usados por el gobierno una vez más como cabeza de turco ante la sociedad, se organizaron espontáneamente mientras los agentes sociales e institucionales (sindicatos, partidos, defensoras y procuradoras) sesteaban a la espera del inicio del nuevo curso político.

Una marea de negra indignación salió a las calles y a las puertas de los centros de trabajo y hoy, medio año después, la protesta continúa porque las causas que la originaron no sólo persisten, sino que se van agravando. Hay seis millones de parados, de ellos casi dos sin ningún tipo de ingresos; se incrementan los niveles de pobreza, los desahucios, los suicidios. La casta política sale de lo público y entra en lo privado sin cortapisas ni vergüenza; se aprestan a devorar el Estado del Bienestar mientras levantan patíbulos para los ladrones de gallinas. Ya les parece excesivo hasta el derecho de huelga y el número de  manifestaciones.

Frente a este estado de cosas los empleados públicos hemos sabido organizarnos con responsabilidad. Sin líderes, sin subvenciones, sin representantes electos, distintas mareas blancas, verdes, negras están sabiendo defender lo público, lo de todos, lo de nuestros padres y lo de nuestros hijos.

En estos seis meses hemos recorrido un breve trecho de camino cada viernes, con nuestra Marcha Negra, pero que ha dejado marcados unos hitos imborrables.

Hemos acudido con propuestas elaboradas y factibles a los partidos políticos, a la Procuraduría, a la Defensora del Pueblo, a los Sindicatos, para que interpusieran recurso de inconstitucionalidad contra el Decreto de los recortes, para que adoptasen la “Iniciativa  por la Justicia Salarial” que compensase la pérdida de poder adquisitivo, para que los diputados autonómicos sean reflejo de la sociedad que dicen representar y no sigan aumentado sus ingresos. Siempre hemos salido con las manos vacías.

Hasta hemos llegado a interpelar a la Monarquía y sus vasallos, con una histórica pitada frente al Teatro Campoamor, para hacerles entender a los responsables de esta crisis que Asturias agoniza, que el pueblo sufre, que no estamos para festejos.

Pasamos una navidades “de subsistencia” con una cena a base de bocadillos, limitándonos a mirar escaparates sin hacer las compras de Reyes y rodeando la Junta General como monigotes en el Día de los Santos Inocentes en que se aprobaba el presupuesto regional.

Y, cómo no, hemos sufrido identificaciones, amedrentamiento y amenazas de sanción en nuestras andanzas.

La Asamblea General de Trabajadores Públicos de Asturias quiere también hacer un recordatorio de toda la gente que, sin tener la notoriedad que se alcanza por la proximidad a los medios de comunicación, han estado movilizados todo este tiempo, y no han dejado de salir a la calle cada viernes: compañeros del Cristo en Oviedo, de la Plaza del Carmen y de la Casa del Mar de Gijón, del Campus de Mieres, y de tantos otros lugares que no es posible enumerar. También a la ciudadanía que, sin ser empleados públicos, se nos han acercado y han compartido con nosotros muchas de estas jornadas, sabedores de que nuestra lucha no es por un fajo de billetes, sino por la defensa de unos servicios públicos dignos, universales y gratuitos, que es lo único que le queda a quien en estos momentos lo ha perdido todo.

 

Un saludo cordial a todos y muchos ánimos para continuar.

La Asamblea General de Trabajadores Públicos de Asturias

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