Costa Rica estrena Estadio Nacional

Costa Rica estrena Estadio Nacional

Intervención de la Presidenta de Costa Rica en la inauguración del nuevo Estadio.

 

 

Queridas amigas y amigos:

 

¡Bienvenidos a este maravilloso monumento a la excelencia y a la amistad entre los pueblos!

 

Día tras día hemos esperado con ansiedad y con ilusión el momento de estrenar esta nueva casa del deporte y este sitio de encuentro que albergará los grandes eventos de nuestro acontecer nacional.  Pocas veces hemos sentido tanto cariño, desde el principio, hacia un emblema de hierro, arena y cemento como lo es este Estadio Nacional que, bajo las diligentes manos de cientos de operarios chinos, fue creciendo entre nosotros y que con su silueta majestuosa cambió para siempre el panorama de nuestra capital.

 

Este coloso del deporte nacional que hoy inauguramos es un digno ejemplo de los frutos que dejará el camino que nos abrió el encuentro del pueblo costarricense con el pueblo chino.  Ese paso formidable que significó el inicio de nuestras relaciones diplomáticas con la República Popular China tiene el nombre de una administración: “Arias Sánchez”.  Don Óscar, Costa Rica jamás olvidará su timón visionario, cuyo símbolo viviente será hoy y siempre este coloso, este bellísimo estadio que hoy inauguramos. Los costarricenses guardaremos en nuestra memoria este momento de alegría, y abrigarremos en nuestros corazones el agradecimiento por una hermosa obra que llegó a ser realidad sólo gracias a su empeño, a su esfuerzo, a su implacable perseverancia, a su visión de futuro. En nombre de Costa Rica, Don Oscar, le damos las gracias.

 

A los altos representantes de la República Popular China que hoy nos acompañan deseo manifestarles la profunda gratitud de nuestro pueblo a su pueblo, por esta generosa donación que le hizo China a Costa Rica. Ustedes construyeron para nosotros, piedra a piedra, este esplendoroso gigante que en adelante inspirará importantes gestas de nuestro deporte nacional.  Ustedes reconstruyeron paso a paso, nuestra fe en las obras humanas, que serán tan grandes como grandes sean los sueños y las aspiraciones de una nación.  Recibimos esta espléndida obra como el mejor testimonio de la unión entre los pueblos de China y Costa Rica y hacemos votos porque así de espléndido sea también el futuro de progreso y de solidaridad de ambos países.

 

El nuevo Estadio Nacional, es una vieja ilusión hecha realidad.  Por eso hoy celebran con nosotros muchas generaciones de brillantes deportistas.  Desde Tuzo Portuguéz, hasta Hanna Gabriels; desde Rafael Ángel Pérez hasta Nery Brenes, desde Alejandro Morera hasta Bryan Ruiz, desde José Andrés Brenes hasta Juan Carlos Rojas.  A todas y todos nuestros deportistas, los que hoy nos acompañan y los que ya se han ido, los que vienen para arriba y los que aún no han nacido, les dedicamos este hermoso recinto.

 

Gracias a la majestuosidad de esta obra, de ahora en adelante, resaltarán aún más todos los acontecimientos deportivos más importantes de nuestro país.  Entre otros, veremos aquí desfilar las delegaciones de los primeros Juegos Deportivos Centroamericanos que organizará Costa Rica en el año 2013 y disfrutaremos los encuentros del Campeonato Mundial de Fútbol Femenino en el año 2014.  Dos eventos inéditos en nuestra historia deportiva que mi gobierno ha querido promover, sabedores de que contaremos con una infraestructura de clase mundial, y con deportistas dispuestos a asumir con disciplina el desafío de estar entre las y los mejores.   Nos aprestamos así a enfrentar el reto de darle vida y contenido a esta hermosa estructura con competencias del más alto rendimiento internacional.

 

Con el Estadio Nacional inauguramos también un símbolo permanente de la excelencia y de la sana competencia que debemos interiorizar. Desde este escenario imponente intensificaremos la promoción del deporte y estimularemos el espíritu de superación. Los miles de ejemplos de éxito que aquí se alcanzarán mediante esfuerzo y sudor, lágrimas y dolor, contrastarán con las volátiles seducciones del éxito fácil y constituirán el mejor triunfo sobre la indiferencia, la violencia y el abismo de la drogadicción.  Estará en nosotros los costarricenses, no dejar que este Estadio sea más grande que nuestro propio desempeño.  Al contrario, el grandioso perfil de nuestro Estadio deberá servir como acicate de lo que debemos esperar de nosotros mismos. Deberá ser también el paisaje de nuestra audacia, de nuestra disciplina, de nuestras aspiraciones.

 

Esos son los ingredientes que más demanda Costa Rica de sus ciudadanos.  Así como hemos sido capaces de estar entre los mejores de nuestra región en muchas de las tareas del desarrollo, debemos renovar nuestras aspiraciones procurando estar entre los mejores del mundo. Nada nos debe impedir alcanzar grandes metas si acompañamos esta aspiración de la audacia, la responsabilidad y la disciplina necesarias.  Como gobernante me he comprometido a impulsar a Costa Rica hacia mayores niveles de desarrollo. Pero será en vano cualquier esfuerzo si no se acompaña de una actitud responsable, si no le imprimimos a nuestro diario vivir un mayor sentido de urgencia, si no procuramos la excelencia en cada cosa que hacemos, y si no perseveramos en alcanzar los resultados. Se trata de no conformarnos con lo que tenemos y aspirar a ser los mejores, al igual que lo hicieron Sylvia y Claudia Poll en los grandes torneos del mundo.  Se trata de no dejarnos abatir por las limitaciones impuestas y llegar más allá de lo imaginable como lo han hecho nuestros atletas en las Olimpíadas Especiales. Y cuando no nos favorezcan las circunstancias, se trata de seguir luchando con valentía e integridad, como lo hace nuestra escaladora Gineth Soto, en procura de alcanzar la cima del mundo.

 

Queridas y queridos costarricenses:

 

La mejor manera de agradecer este  extraordinario punto de encuentro de la amistad entre dos pueblos, es ser cada vez más competitivos en todas las manifestaciones de nuestras vidas.  Esta arquitectura moderna de majestuosas dimensiones vino para quedarse y servirnos de inspiración. Debemos hacer que este monumento nos impulse a la excelencia deportiva, a la excepcionalidad artística y a destacarrnos en todos los campos, con la misma fuerza con que esta silueta se perfila, monumental, en el paisaje nacional. Este estadio es mucho más que los materiales de los que está hecho. Es un símbolo y un mensaje. Ojalá que cada vez que nuestros ojos se posen sobre esta estructura comprendamos que es posible pensar en grande y más allá del horizonte inmediato; que entendamos que la estrechez de miras, la improvisación y el cortoplacismo son opciones pero no destinos inevitables. Costa Rica puede llegar tan alto como quiera, pero primero debe atreverse a creer en sí misma y a pensar en grande.

 

Este estadio se erige imponente en la Sabana como un recordatorio permanente de nuestra gratitud para con el pueblo de China, de nuestro reconocimiento al ex - presidente Arias y, sobre todo, de la urgencia de asumir, como nación, la responsabilidad de crecer a la altura de este moderno coliseo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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