Las diferencias culturales de cada país tienen gran influencia en los ejecutivos que realizan los balances contables de las empresas, con independencia de las leyes de cada lugar. Esta es la conclusión de una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid que indica, además, que esa es una de las razones por las que en España se manipula más la contabilidad que en otros estados.
Un nuevo estudio determina la importancia de las diferencias culturales entre los ejecutivos de más de 30 países a la hora de manipular los datos contables de las empresas, con independencia de la normativa legal existente en cada caso. En este contexto, la legislación se modifica con objeto de mejorar la calidad de la información contable y de aumentar la confianza de los inversores, pero los aspectos culturales son más difíciles de cambiar a corto plazo.
El resultado más llamativo es que las diferencias culturales importan bastante a la hora de realizar los balances contables. “Los ejecutivos de países con una tradición individualista, como EE UU u Holanda, donde se acentúan los derechos y libertades individuales y se pone especial énfasis en la carrera, el respeto y las recompensas laborales personales, tienden a manipular menos los datos contables” –revela uno de los autores del estudio, Kurt A. Desender, del departamento de Economía de la Empresa de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).
“España, con un nivel de individualismo cultural medio, tiene un nivel de manipulación más alto que la media de nuestra muestra”, continúa.
Según los investigadores, estos resultados implican que el comportamiento de los ejecutivos se puede regular de manera parcial, porque las diferencias culturales tienen una influencia que va más allá de la regulación legal. O dicho de otro modo: aunque España tuviera el mismo marco legal que Holanda, este no sería suficiente para reducir la manipulación contable existente.
“El estudio demuestra que las normas legales tienen una efectividad limitada a la hora de restringir el comportamiento humano, porque ciertos elementos que pueden parecer fundamentales en algunas culturas pueden ser menos importantes en otras”, apunta el profesor Desender. “Una regulación que no reconoce estas diferencias podría, por lo tanto, resultar poco efectiva”, señala.
Además, reconocer la importancia de las diferencias culturales es un aspecto crucial en un mundo cada vez más globalizado, sobre todo si se tiene en cuenta la filosofía de las empresas multinacionales, que suelen perseguir la uniformidad de prácticas y normas independientemente del país.
Rasgos culturales y contabilidad
La percepción ante la evasión de impuestos es diferente en la sociedad española y en las nórdicas, según los investigadores. Sus estudios muestran que valores culturales como la aversión a la incertidumbre, la distancia del poder o la masculinidad no están significativamente relacionados con la manipulación contable, mientras que el individualismo sí explica una parte importante de la variación. “Las sociedades más igualitarias, donde se da más importancia al hecho de que todas las personas tengan los mismos derechos y deban ser tratadas como iguales, tienen niveles de manipulación menores”, señalan.
El estudio se basa en otros trabajos previos que analizan los resultados de casi 9.000 empresas en 31 países durante el periodo comprendido entre los años 1990 y 1999, además de otras investigaciones que analizan la tradición legal, el PNB per capita, la importancia de los mercados de capital, la eficiencia del sistema legal y la protección legal de accionistas de cada estado.
En este sentido, se han centrado fundamentalmente en dos tipos de medidas: la primera es la valoración patrimonial y los ajustes por devengo del resultado declarado, que permiten, por ejemplo, que una empresa que pretenda presentar una imagen más favorable pueda anticipar para el mes de diciembre el reconocimiento de un ingreso previsto en enero; la segunda, la comparación del número de compañías que declaran pequeñas ganancias o pequeñas pérdidas, porque, por un lado, los gestores prefieren demostrar un resultado positivo y, por otro, las probabilidades de manipulación son mayores cuanto más cerca de cero está el resultado.
“Es fácil observar por una muestra cómo la distribución de los beneficios tiene una discontinuidad cerca del resultado cero; algunas empresas con resultados ligeramente por debajo de cero manipulan los datos para poder presentar una cifra justo por encima de cero”, indica el profesor Desender.