Redacción/Oviedo.- Con un sencillo ágape a la puerta del cuartel, acompañado de compañeros del Cuerpo, muchos amigos, conocidos nombres de la sociedad ovetenses y asturiana en su mayoría, mandos policiales y de la Guardia Civil y ausencia de representantes del Gobierno municipal, Agustín de Luis Criado, comisario y jefe de la Policía Local desde 1982 tras acceder al cargo por oposición, siendo alcalde a la sazón el fallecido Luis Riera Posada (UCD), y continuando en esa responsabilidad durante los mandatos de Antonio Masip (PSOE), Gabino de Lorenzo (PP) y Agustín Iglesias Caunedo, salvo un paréntesis de cuatro años en los que permaneció como asesor municipal en materia de Seguridad, vivió hoy su última jornada en activo al haber alcanzado la edad de jubilación.
Natural de Mogarraz, localidad que lo nombró hace algunos años hijo predilecto en un multitudinario homenaje al que acudieron no pocos asturianos, De Luis es, además, abogado, está casado y tiene tres hijas. Gran aficionado al mundo de los toros y al que, paradójicamente, no gustan las armas, su ejecutoria, entre la que quedarán para la historia las glorietas urbanas de Oviedo, ha polarizado a menudo a su entorno despertando filias y fobias. De Luis reconoce que "quizá no soy simpático, y es cierto que tengo carácter, pero puedo ir con la cabeza muy alta por Oviedo: ni fui a hacerme rico, ni me lo hice", además de que "mi formación repele todo lo carca , y aunque algunos hayan tratado de colgarme ese sanbenito nunca fui un dictador". Para quienes ayer compartieron su despedida, sin duda, "un buen amigo, un paisano íntegro". AsturiasMundial les ofrece un reportaje gráfico del acto celebrado a mediodía de este viernes en las istalaciones de la Policía Local, en Rubín. Atrás quedan muchas horas de amargura, pero también la satisfacción de "haber logrado que la Policía Local de Oviedo fuese la envidia de España".