La sanidad aragonesa se está privatizando pero un pequeño grupo de de trabajadores de la pública resiste con muchas dificultades
En el último año de gobierno la consejería de sanidad, bajo el amparo de la presidenta del gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ha puesto en marcha importantes medidas de ahorro. Las listas de espera para los pacientes no dejan de aumentar por los recortes de personal de sustitución que no cubre las bajas laborales ni las jubilaciones, el cierre de algunos quirófanos en turno de tarde, e incluso la clausura de ciertos servicios en algunos centros de salud. Los municipios han sido los peor parados, viendo como desaparecían de sus localidades los servicios de ambulancia y UVI móviles, con el consecuente riesgo vital en aquellos casos de transporte urgente o atención inmediata. Además la DGA ya ha anunciado el cierre de algunos centros de salud rurales, como es el caso del municipio de Azuara.
El Centro de Especialidades Grande Covián ha sentido en sus carnes el filo de las tijeras. Siendo el centro de referencia para toda la margen izquierda de la capital aragonesa, alrededor de 250.000 personas, fue cerrado en horario de tardes como medida extraordinaria durante la estación de verano, medida prolongada hasta el día de hoy. Y ya ha prescindido de los servicios de Ginecología, Otorrino, Oftalmología de Urgencia, Cirugía Vascular, Rehabilitación, Ecografía de Mama y el Laboratorio.
Y es este sector, el de los laboratorios, el que más cambios está sufriendo. El gobierno regional se ha propuesto centralizar todos los puntos de análisis clínico de la región en un único macro laboratorio. La medida conllevaría una pérdida de calidad considerable en muchas de las muestras analizadas, ya que algunas sustancias, como la glucosa, dan falsos resultados a partir de las 2 horas de su extracción.
Choca la decisión del consejero de sanidad, Ricardo Oliván, de reestructurar los laboratorios, que sea realizada aparentemente sin estudios previos que avalen el ahorro económico, admitiendo ya que será conveniente “ir de la mano de la colaboración privada”. Con uno de los laboratorios ya cerrado, el del Grande Covián, el laboratorio del Servet está comenzando a colapsar según trabajadores del propio hospital, teniendo que realizar parte de las pruebas en horario de tarde. Pero lo que ha puesto en pie de guerra a gran parte de la comunidad sanitaria es la opacidad del gobierno a la hora de informar de sus planes, y el hecho de no contar con la opinión de los profesionales del sector para esbozar las supuestas medidas de ahorro.
Por si esto fuera poco, a lo largo de la semana se aprobaron los presupuestos de Aragón para el 2013 con grandes recortes en el sector sanitario entre otros, lo cual augura más y mayores medidas de ahorro para este año que entra.
Durante el encierro, cuyos participantes permanecían día y noche en el hospital, Marea Blanca ha realizado campañas informativas con la intención de aclarar a los pacientes qué es lo que se está reivindicando y cuáles son los recortes que se están aplicando. Así, miembros del colectivo han recorrido durante varios días algunos de los hospitales de la capital y han permanecido en la Plaza de España, durante varias tardes, repartiendo folletos explicativos y conversando con quien así lo deseara. Además se han realizado diferentes concentraciones en las puertas del Hospital Clínico y, durante la semana de encierro la Marea le hizo entrega al consejero Oliván de un objeto simbólico: un laboratorio de juguete “para que se entretenga”.
Cuatro de los trabajadores comenzaron también el día 24 una huelga de hambre que duraba hasta el mismo 31. Una ardua acción reivindicativa que se endurece más si cabe en estos días concretos en los que todos pensamos en las grandes comidas familiares. Dos de ellos tuvieron que cesar la tarea por diversos motivos, pero los otros dos la han mantenido hasta el final “en parte gracias al enorme apoyo recibido”, según uno de ellos, Antonio Vázquez.
Todo el movimiento se ha realizado no sólo con la intención de parar los recortes, sino de bloquear el camino de las privatizaciones que ya han tomado otras comunidades autónomas como Castilla la Mancha, Comunidad Valenciana o Comunidad de Madrid, la cual también se encuentra en pie de guerra.
Finalizados los actos el último día del año, Marea Blanca avisaba que esto es solo el comienzo, que no cesará en su rechazo contra “los recortes, despidos, cierres y privatizaciones” de la sanidad.