Greenpeace celebra que miembros del Parlamento Europeo como Chris Davies den la oportunidad a pescadores artesanales españoles de explicar en Bruselas que la pesca artesanal es más respetuosa con el medio ambiente y el ecosistema marino que la industrial.

El encuentro en el Parlamento Europeo, al que asisten también prestigiosos científicos pesqueros y la Comisaria europea María Damanaki, tiene lugar semanas antes de que se haga público el primer borrador de la reforma de la Política Pesquera Común (PPC).

“Los problemas que está atravesando la pesca artesanal son debidos a que se han aplicado normas, esquemas y políticas poco objetivas que no han tenido en cuenta las peculiaridades de esta flota y que han priorizado los intereses de la pesca industrial”, ha declarado Luis Rodríguez, representante del sector artesanal español en el encuentro europeo. “Hay una necesidad por tanto de definir, diferenciar y potenciar la artesanal como pesca sostenible dentro de la futura PPC”.

Greenpeace denuncia que las políticas pesqueras han beneficiado principalmente al sector industrial, a pesar de que en España el 80% de la pesca es artesanal y el 20% restante industrial. Nuestro país ha recibido tres veces más subsidios que el resto de los estados de la UE, unos 2.600 millones de euros. Este dinero no ha ido destinado a la flota mayoritaria, la artesanal, que es la que más empleos genera (unos 35.000 directos e indirectos) sino a ese 20% de grandes flotas.

“El estado de agotamiento de los stocks refleja que las políticas pesqueras no han funcionado y que es necesario un cambio radical hacia una pesca más sostenible”, ha declarado Celia Ojeda, responsable de Océanos de Greenpeace. “La gestión del Gobierno español es tan lamentable que los pescadores artesanales deben hacer llegar su voz a la Comisión Europea”.

Hasta ahora la PPC ha fomentado una pesca intensiva. El futuro de las pesquerías, dominadas en este momento por los intereses de la flota de altura y gran altura, debe cambiar. Europa, como tercera potencia pesquera, debería asumir sus responsabilidades y España, como su principal flota, comprometerse con la sostenibilidad. Greenpeace recuerda que esta reforma es una oportunidad para un cambio radical en la gestión de las pesquerías