El encanto y belleza de este pueblo marinero hacen de él un destino turístico de primer orden
El municipio costero de Cartaya, ubicado a sólo 35 kilómetros de Huelva, se configura como uno de los destinos turísticos más visitados de la provincia. Sus extensas playas de arena blanca y fina, su entorno natural, la belleza de su conjunto arquitectónico o su oferta de ocio activo, hacen de él un lugar inmejorable para visitar en cualquier época del año.
Entre los elementos de mayor interés de la localidad se encuentra el Rompido, que surge como un pequeño núcleo urbano costero perteneciente al término municipal. El encanto y belleza de este pueblo marinero lo ha convertido en un destino exclusivo de primer orden.
Nacido como pequeño asentamiento de pescadores en la desembocadura del río Piedras, El Rompido es una barriada marinera con dos faros -uno de ellos decimonónico-.
La activa dinámica litoral ha conformado una singular formación arenosa, la Flecha de El Rompido, que se abre al océano Atlántico desde una playa virgen a la que es posible acceder gracias a los servicios de paso en barca que se sitúan en las playas del río. Su riqueza en flora y fauna hacen de esta zona protegida del Paraje Natural de las Marismas del Piedras y Flecha de El Rompido, un lugar de especial interés para los amantes de la naturaleza.
Barcos en la orilla del Río Piedras. El Rompido.
El Rompido se asienta hoy en día como un núcleo urbano orientado al turismo, que suma en sus inmediaciones cuatro hoteles de cuatro y cinco estrellas, un pequeño centro comercial y diversos campos de golf. Éstos se ubican en un lugar inmejorable, sin apenas desarrollo inmobiliario a su alrededor, y rodeados de pinares y naranjos que se abren al Océano Atlántico con unas vistas espectaculares, proporcionando a quién los recorre una sensación única.
Asimimso, a lo largo de todo el año se desarrollan en la zona eventos culturales de interés, destacando las fiestas del Rompido en honor de Nuestra Señora del Carmen, la feria de octubre y la Romería de San Isidro.
Resalta también la gastronomía, definida por la naturaleza del paraje, pueblo marinero pero próximo a la sierra, lo que hace que tanto los productos de mar como los de la tierra sean protagonistas de una cocina rica y variadísima. Entre los pescados y mariscos de sus platos más representativos pueden citarse la almeja, la coquina, la gamba blanca de Huelva, navaja, lenguados, caballas, sardinas o mojama. De la tierra toma productos como la carne de caza y las carnes ibéricas: jamones, secreto, pluma.