Los despedidos de la empresa concesionaria de los jardines ovetenses continúan con su protesta en el campamento instalado en el centro de la ciudad
Por Carmen Peláez/Oviedo/AM.-Dentro de muy pocas horas las campanas de la torre tañerán la medianoche. Cantarán la Nochebuena mientras ellos permanecen casi a la intemperie y con la esperanza por estrella.
El portal de Belén tiene multiples formas y aquí, mas de 2000 años después, la cubierta es un gran plástico azul. La mula y el buey tienen forma de calefactor eléctrico y las colchonetas ayudan al descanso como modernos jergones de paja para los expulsados del mundo laboral.
Dentro, los despedidos del departamento de Parques y Jardines de la empresa FCC se disponen a pasar una noche más que añadir a las 32 que llevan dentro de su campamento improvisado en el parque de San Francisco, uno de los bellos lugares que mantenían a punto cuando desarrollaban su trabajo en los espacios verdes del Ayuntamiento de Oviedo.
Marcos y Jonathan son dos de los 6 despedidos de esta empresa que decidieron montar un campamento en el campo, al lado del Paseo de los Álamos y junto al conjunto escultórico dedicado a José Tartiere, para denunciar la que para ellos es una medida arbitraria y destinada a crear empleo precario destruyendo el indefinido. Llevan 32 noches y tantos otros días contando a quien se acerca que no creen en los recortes como motivo del despido, "sólo es que se aprovecha la reforma laboral para despedir a los que llevábamos 9 y 10 años en la empresa y contratar eventuales", explican.
Esta noche, cuando levantemos las copas de cava y recordemos los mejores momentos del año para tratar de exorcizar los malos, ellos estarán rodeados de amigos y compañeros, de familia y de niños bajo el toldo azul que alberga varias tiendas de campaña y al que se accede por un caminito alfombrado de cáscara de pino para no estropear la zona verde que tantos años han mimado con sus cuidados.
Marcos tiene dos niños, de 3 y 4 años, a los que dice todos los dias que se va "al campamento porque hay que recuperar el trabajo". Su hijo le preguntó hace poco que "si vamos a ser pobres". El comparte con ellos su ilusión por mejorar una situación que no es muy halagueña, "mi mujer está practicamente en paro, porque está en la empresa Suzuki, sin futuro", murmura.
Jonathan tiene también dos niños pequeños y una situación difícil, "mi mujer se quedó en paro 15 dias después que yo", explica. Ambos comparten una idea, "diálogo y readmisión", por parte de una empresa a la que han ofrecido varias propuestas alternativas al despido en un momento en el que, dicen, "nunca hubo tanto trabajo pero quieren crear eventualidad, como en el colectivo de barrenderos en el que despidieron a 50 personas la semana pasada y no pudieron ni protestar".
Su protesta, relevandose en turnos de 12 horas, es la respuesta de unas personas a una situación que ni entienden ni comparten. No son los únicos que no comprenden lo que ha pasado con sus vidas en estos tiempos de mercados y de ajustes. Ellos pasarán la Nochebuena luchando a su modo en el parque de San Francisco, en pleno centro de la ciudad, a tan sólo unos metros de los centros comerciales y los bellos edificios.
Soñando un 2013 mejor y rodeados de los suyos.