Quito (Pichincha).- William K Black, un destacado economista norteamericano, analiza en alrededor de 10 páginas, cómo el periódico estadounidense New York Times juzgó a los personajes que protagonizan la publicación del rotativo, de acuerdo a su tendencia ideológica. En otras palabras, ser calificados por el medio de comunicación como héroes o villanos, depende su defensa o ataque al gran capital y a los intereses del mercado.
En su artículo ¿Por qué el fracasado Monti es un “tecnócrata” y el exitoso Correa un “economista izquierdista”?, Black examina el método que utiliza El New York Times para elaborar los perfiles de destacados políticos. Así, mientras el trato para Mario Monti, actual primer ministro italiano es “venerable”, el perfil del Presidente de Ecuador “comienza con múltiples esfuerzos por pintarlo como el líder que disemina un modelo dudoso de economía”.
Según Black, en el perfil de Monti se intenta, con mucha vehemencia, aparentar que el líder italiano encabezó una campaña exitosa contra la insistencia de Alemania de aplicar medidas de austeridad (lo que para el autor del artículo es falso). Mientras que en el perfil de Correa, el periódico estadounidense se esfuerza por posicionar la tesis de que su gobierno va en contra de las “políticas del libre mercado apoyadas por Estados Unidos y las élites tradicionales”, la afirmación del New York Times va con una evidente carga negativa.
Otro ejemplo que cita Black en su análisis es que mientras el New York Times destaca de Monti “resplandecientemente su valentía y decisión de enfrentarse a los poderosos para impulsar la austeridad”, del Presidente Correa apenas sostiene infructuosamente que es un “economista izquierdista”, poniéndole a esta última palabra, un especial énfasis hostil.
A lo largo del texto, William K Black, argumenta que los perfiles de The New York Times no cumplen con los requisitos básicos del periodismo. Además muestra con hechos cómo los logros del Presidente Rafael Correa son desestimados por el rotativo estadounidense, mientras que los de Monti (a veces falsos, según explica el autor) son exaltados con frenesí. ER / El Ciudadano