Ante el riesgo de desarrollar neumonía, los médicos de cabecera recetan el antibiótico amoxicilina para tratar la tos asociada a las infecciones respiratorias leves. Ahora, un artículo publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases cuestiona su utilidad y desvela sus efectos secundarios.
Los científicos dudan de la eficacia de los antibióticos en el tratamiento de las infecciones respiratorias agudas –conocidas por los expertos como IRA–. Hasta ahora, la investigación al respecto solo ha producido resultados contradictorios.
"Los pacientes que toman amoxicilina no se recuperan mucho más rápido ni tienen menos síntomas", explica Paul Little, investigador de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y director de un nuevo estudio sobre el valor de los antibióticos en estas infecciones.
Los pacientes que toman amoxicilina no se recuperan mucho más rápido ni tienen menos síntomas
De hecho, según los autores, podría ser incluso perjudicial. "El uso excesivo de antibióticos –debido a la continua prescripción en atención primaria–, especialmente cuando no son eficaces, puede provocar efectos secundarios y el desarrollo de resistencia", afirma Little.
Los investigadores analizaron a 2.061 adultos con infecciones respiratorias leves de doce países europeos (Inglaterra, Gales, Holanda, Bélgica, Alemania, Suecia, Francia, Italia, España, Polonia, Eslovenia y Eslovaquia) que tomaron amoxicilina o un placebo tres veces al día durante siete días.
Los resultados, publicados en el último número de la revista The Lancet Infectious Diseases, muestran poca diferencia en la gravedad o la duración de los síntomas entre los dos grupos. Esta conclusión es válida incluso para los pacientes de mayor edad –de 60 años o más–, en los que los antibióticos demostraron un efecto muy limitado.
En el grupo del placebo hubo más individuos que experimentaron nuevos y peores síntomas (19,3% frente a 15,9%), y el número de pacientes que fue necesario tratar para prevenir un empeoramiento fue alto (30). Solo dos personas en el grupo placebo y una en el grupo del antibiótico necesitaron hospitalización.
Más efectos secundarios con tratamiento
Este nuevo trabajo revela además que los pacientes que toman antibióticos mostraron de forma patente más efectos secundarios –como náuseas, erupción cutánea y diarrea– que los que recibieron placebo (28,7% frente a 24%).
Según Little, "la mayoría de las personas se recuperan por sí solas. Pero como un pequeño número de pacientes sí se beneficia de los antibióticos, persiste el reto de identificarlos".
Philipp Schuetz, investigador del Hospital Aarau en Suiza, apunta en un comentario publicado en la misma revista que este trabajo "debe animar a los médicos de atención primaria a que se abstengan de tratamiento antibiótico en pacientes con bajo riesgo de neumonía”.
“La medición de biomarcadores sanguíneos específicos de infección bacteriana podría identificar a los pocos individuos que se beneficiarán de los antibióticos, a pesar de la aparente ausencia de neumonía, y evitar los costes de los medicamentos y el desarrollo de resistencia en otros pacientes", concluye.
Imagen: rltherichman