México D.F.-Hace 222 años, el 17 de diciembre de 1790, fue hallado el icono prehispánico que mayormente ha representado al Mexico antiguo: la Piedra del Sol, también conocida como calendario azteca; sin embargo, esta pieza inconclusa no es propiamente un calendario.
Es una piedra iconográfica que conmemora el tiempo creado y destruido por los dioses. Colocada en posición horizontal, pudo haber sido una plataforma ceremonial en la que se realizaban sacrificios de prisioneros cuya muerte alimentaba al tiempo.
La piedra del sol está labrada en un bloque de basalto cuya parte circular tiene un diámetro aproximado de 3.60 metros y un peso de 24 toneladas. Al parecer, tuvo originalmente aplicados pigmentos rojos y amarillos, colores que confirman su carácter solar. En el centro se encuentra el que posiblemente sea el rostro del dios Tonathiu, el dios solar, con adornos de guerrero triunfante.
Ademas del culto solar, fundamental para los Mexicas, la piedra del sol revela su dimensión del tiempo en función de las edades del mundo y de los hombres. Poco después, el quiebre de esta piedra llegó con el choque de civilizaciones.
La historia del Mexico antiguo conoció un final en el año 1521 del calendario occidental, fecha de la caída militar de México Tenochtitlan, capital del imperio Mexica, frente a los conquistadores españoles.