El Castillo de Chapultepec es el sitio donde el 16 de enero de 1992 se firmaron los Acuerdos de Paz que pusieron fin a la sangrienta guerra civil que vivió El Salvador, acontecimiento al que el presidente Funes dio cobertura como periodista.

Durante el almuerzo de Estado, ofrecido por el gobierno mexicano a la comitiva salvadoreña, el presidente Felipe Calderón afirmó que el Castillo de Chapultepec  “es un lugar muy especial y emblemático para los mexicanos y también para los salvadoreños”.

Calderón recordó que el presidente Funes llegó a ese mismo sitio para dar cobertura a la firma de los Acuerdos de Paz, y recordó que el Castillo fue construido a finales del siglo XVIII para ser la “residencia veraniega” de los últimos virreyes de México, en el mismo lugar donde descansaban los emperadores aztecas.

“Salvadoreños y mexicanos somos, como lo dijera el gran poeta Pedro (Geoffroy) Rivas, los nietos del jaguar”, dijo el presidente Calderón antes de condecorar al mandatario salvadoreño.

Según fuentes oficiales de México, esta orden es impuesta únicamente a Jefes de Estado, y el presidente Funes es el primero de los actuales mandatarios de Centroamérica que la recibe, con excepción del presidente Daniel Ortega (Nicaragua) que fue condecorado durante su primer mandato (1985-1990).

Calderón dijo que esta orden es “una forma que expresar el agradecimiento, el respeto y la admiración de nuestro pueblo”.

Por su parte, el presidente salvadoreño recibió esta condecoración en nombre de todo el pueblo salvadoreño “con humildad y como muestra del afecto y la unión” entre México y El Salvador.

“Me llena de satisfacción compartir esta distinción con personalidades de la talla del Premio Nobel de la Paz Nelson Mandela, el Presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, el Nóbel de literatura, Mario Vargas Llosa y otras relevantes figuras mundiales”, dijo el mandatario salvadoreño.

Agregó que a El Salvador y México “nos une también una larga tradición cultural, social y política que, en los últimos tiempos, se ha estrechado en nuestro esfuerzo conjunto por combatir el gran enemigo común que nos acecha: el narcotráfico y el crimen organizado”.
“Es una lucha en la que debemos permanecer unidos y en la que no podemos vacilar ni dar marcha atrás, hasta conquistar de nuevo la paz y la tranquilidad en cada pueblo, en cada calle, en cada hogar, en cada corazón”, dijo el presidente Funes.

Añadió que en México “floreció el genio creador de escritores como el Premio Nóbel Octavio Paz o las  aclamadas plumas de Juan Rulfo y Amado Nervo. En esta tierra se forjaron los míticos personajes de Pedro Infante y Jorge Negrete, que dibujaron la época de oro del cine mexicano y se compusieron las notas de innumerables canciones que son ya himnos de nuestro canto popular en el mundo entero”.

El presidente Funes dedicó parte de su discurso a la batalla que libra México contra el crimen organizado y afirmó que este país no está solo ya que “le acompaña la solidaridad y el trabajo conjunto de un continente que sabe que la lucha de México es la lucha de toda América y que su victoria será también la de todo el pueblo americano”.

“Por eso, esta tarde, mi brindis es por la esperanza, es por la vida, es por la paz.  Viva México, viva América”, dijo el presidente al finalizar su discurso en el mismo lugar donde hace 19 años dio cobertura a la firma de los históricos Acuerdos de Paz.

El collar que fue colocado en el cuello del presidente Funes es una presea forjada en oro de 24 quilates y formada por 30 eslavones, 15 de ellos con esmalte de figuras que narran la fundación de la ciudad de México, y el resto con representaciones de los principales dioses aztecas