CReSA.-Investigadores del Centre de Recerca en Sanitat Animal han demostrado que es posible proteger a los cerdos frente al virus de la peste porcina africana. Son las conclusiones de un estudio publicado en la revista PLoS One. Desde su entrada en Georgia en el año 2007, el virus se expande sin demasiado control por países colindantes
La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad del porcino altamente contagiosa que permanece de forma endémica en la isla de Cerdeña, así como en numerosos países del África subsahariana, causando desde hace décadas verdaderos estragos en economías ya de por sí muy debilitadas.
La continua circulación del virus causante de esta enfermedad (VPPA) en el continente africano provocó la reentrada del virus en Europa a través de la República de Georgia en el año 2007. Desde entonces, el virus se ha expandido a países cercanos, incluyendo Rusia, donde la situación permanece sin controlar hasta el momento actual.
La ausencia de una vacuna eficaz frente al VPPA dificulta aún más el control de la enfermedad. Así pues, resulta totalmente necesario obtener una vacuna eficaz y segura frente a la PPA.
Inmunización con 3 de sus antígenos
"Hemos podido demostrar que la vacunación con ADN permite retrasar la muerte de los animales y proteger a una proporción de los cerdos"
Los últimos resultados de un grupo de investigación del Centre de Recerca en Sanitat Animal (CReSA) demuestran claramente la posibilidad de proteger frente a un desafío letal con el VPPA mediante la inmunización con 3 de sus antígenos. Además, han confirmado la importancia de la respuesta celular T-CD8+ –un tipo de linfocitos implicado principalmente en el reconocimiento y destrucción de las células infectadas– en la protección frente a este patógeno.
Fernando Rodríguez, investigador principal de esta línea de trabajo, explica en qué consisten sus resultados: “Partíamos de trabajos previos realizados en los años 90. Se sabe que el VPPA codifica más de 150 proteínas distintas y se había demostrado el potencial inmunogénico de tres de ellas: la p30, la p54 y la hemaglutinina. En nuestro estudio hemos podido demostrar que la vacunación con ADN (en forma de plásmidos que expresan los 3 antígenos del virus) permite retrasar la muerte de los animales y proteger a una proporción de los cerdos (33%)“.
Para conseguir este grado de protección resultó totalmente imprescindible optimizar la presentación de los antígenos vacunales a los linfocitos T-CD8+. De hecho, la protección conferida se correlaciona con la presencia de una gran cantidad de células T-CD8+ en la sangre de los animales supervivientes, sin que los anticuerpos parezcan haber jugado un papel en la misma.
Actualmente, este grupo de investigación se encuentra en proceso de caracterizar nuevos antígenos virales –de entre los más de 150 restantes– con capacidad para inducir respuestas T-CD8 protectivas: “El objetivo final de nuestro trabajo es optimizar una formulación vacunal capaz de proteger a una población porcina tan heterogénea como la existente en nuestras granjas. No será fácil, pero creemos que es factible”, afirma Rodríguez.