Por Fernando Bazán/noticiasdesiria.blogspot.-Un nuevo comando militar sirio, encabezado por el Gral. Selim Idris hizo pública su creación y los nombres de algunas de los grupos, batallones y signatarios de la declaración, que fue inicialmente 29 pero después se elevó a 83, representan a los estamentos más combativos de la guerra civil siria. El comando unificado incluye a muchos con lazos con los Hermanos Musulmanes y los salafistas, pero excluye a los oficiales de más alto rango que habían desertado de las filas del ejército sirio; los ausentes del nuevo grupo fueron el Cnel. Riad al-Asaad -fundador del Ejército Libre de Siria- y el Bgder. Mustafá Al-Sheikh, conocido por su oposición a la Hermandad Musulmana.
Selim Idris proviene de la provincia de Homs, una zona que ha estado en la vanguardia rebelde sunita, fue elegido luego de las conversaciones a la que asistieron funcionarios de seguridad occidentales y árabes en la ciudad turca de Antalia; la elección de Saleh no es cuestión ideológica, sino que ha sido nombrado por su cercanía con los principales rebeldes salafistas.
Los rebeldes sirios esperan ahora una mayor ayuda militar de los Estados árabes del Golfo después del anuncio de una nueva estructura de mando que tiene por fin unir a los opositores armados en contra del presidente Bashar Al-Assad; los combatientes rebeldes han logrado avances en todo el país en el último mes, aprovechando los materiales capturados de las bases militares y por el repliegue de las tropas estatales para la protección de Damasco. Moaz Abu Al-Agha, uno de los líderes y vocero de la coalición de grupos rebeldes islámicos, dijo que la nueva estructura necesita ahora de las armas pesadas y que esperan conseguirlas después de la formación de este frente; Al-Agha enfatizó que los armas antitanques y antiaéreas fueron prometidas por los qataríes y saudíes pero no precisó cuándo iba a suceder.
El nuevo comando rebelde reúne a las entidades más combativas, incluyendo a las brigadas, formaron un frente islámico hace dos meses junto a los consejos militares provinciales, que operaban bajo el paraguas del Ejército Sirio Libre (ELS); un comandante de una brigada islamista del norte de la provincia de Aleppo, que tiene una fuerte presencia dentro del nuevo organismo, dijo que esta nueva estructura iba a garantizar una supervisión adecuada de los suministros de armas.
Mientras que los rebeldes locales han intentado por meses minimizar el impacto de los combatientes extranjeros en el conflicto sirio, ahora son los militantes extranjeros quienes han tenido una participación más directa, luchando al lado de los insurgentes sirios; en septiembre, hombres de contextura robusta fueron vistos en Siria usando vestimentas del norte de África -chilabas o túnicas- sobre unos pantalones cortados por encima de los tobillos en línea con la tradición de los primeros musulmanes, la marca de los salafistas de línea dura. Hacen su camino a la ciudad fronteriza turca de Reyhanli, para que los contrabandistas los guíen a través de la frontera hacia Atme, un nodo clave en la revuelta siria y el punto de reunión para los combatientes extranjeros.
El problema en Siria surge de la conjunción de estos dos elementos: los extranjeros y el salafismo. El dinero de donantes desde el extranjero fluye hacia el grupo Frente Al-Nusra, cuyos combatientes son una pequeña minoría dentro de los rebeldes pero tienen la audacia y habilidad para asaltar posiciones fortificadas y conducir a otros batallones en la captura de bases militares y campos petroleros. A medida que EE.UU. presiona a la oposición siria para que organice un gobierno alternativo viable, tiene previsto poner en lista negra al Frente Al-Nusra -como una organización terrorista- por lo que de ser designada como tal no podrá recibir ayuda norteamericana y lo más probable es que provoque sanciones similares en la UE.
La meta de los rebeldes es despejar el temor dentro de los Estados occidentales que el dinero y las armas podrían fluir a un grupo yihadista que desestabilizaría Siria perjudicando así los intereses europeos o norteamericanos; un mayor aporte de fondos o armamento hacia los grupos rebeldes inclinaría la balanza a favor de estos, pero el Frente Al-Nusra es aliado de Al-Qaeda en Irak, que fue el grupo insurgente sunita que más soldados norteamericanos eliminó en Irak y sembró la violencia sectaria generalizada con ataques suicidas contra los chiíes y otros opositores religiosos e ideológicos. El grupo iraquí participó activamente en la fundación del sirio Frente Al-Nusra y le proporciona dinero, experiencia y combatientes, como lo señalo el My Faisal Al-Issawi, funcionario de seguridad iraquí que sigue las actividades yihadistas en la provincia iraquí de Anbar.
El estancamiento de las negociaciones entre las grandes potencias -en particular EE.UU. y Rusia- ha paralizado una posible respuesta internacional más amplia para detener la violencia en el país, dejando a los referentes regionales sunitas como Turquía y los países árabes del Golfo como aliados de los rebeldes sirios mientras que los chiitas de Irán apoyan al régimen de Al-Assad. Pero si los sunitas comienzan a enviar armamento y apoyo logístico de mayor importancia, el final del régimen sirio comenzará su cuenta regresiva.